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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

LA ROTUNDA PASIÓN DE BUDDY MILES POR LOS SESENTA

El batería de Jimi Hendrix y Santana exhibe su clase por España

Diego A. Manrique

La vida ha sido cruel con Buddy Miles (Omaha, 1946). El antiguo acompañante de Jimi Hendrix se desplaza en silla de ruedas o, con gesto de dolor, apoyándose en unos bastones. 'Yo creo que su obesidad es culpa de la maldita dieta de los americanos', asegura el guitarrista Tonky de la Peña, que estos días se ha ocupado de que Miles coma pescado. De la Peña es responsable de los contactos que han hecho posible los conciertos de Miles con la Tonky Blues Band en A Coruña y Madrid, que se han aprovechado también para unas grabaciones en Santiago de Compostela. Horas antes de la actuación ya había público en el club de jazz madrileño Clamores.

Pero Buddy se enciende cuando puede sentarse tras la batería, cantar, tocar la guitarra o los teclados. Y cuando se le propone hablar de música: 'Yo estaba por Nueva York con Wilson Pickett cuando apareció Mike Bloomfield y me propuso irme a San Francisco, donde estaba formando una orquesta con grandes músicos, Electric Flag. No funcionó como esperaba pero me encontré en medio de una revolución cultural que cambió el mundo. Cuando ahora me dice alguien que no se puede cambiar el sistema, le respondo: 'lee historia, amigo: nosotros acabamos con la guerra de Vietnam. ¡Y con el servicio militar!'.

Formó en su día The Buddy Miles Express y tuvo éxito con Them changes, una salvaje pieza de soul-rock que entró a formar parte del repertorio básico de la época. Alcanzó máxima visibilidad al integrarse en The Band of Gypsys, la banda con la que Jimi Hendrix endureció su sonido en 1969. 'Cuando tocaba con la Jimi Hendrix Experience, nunca sonreía. Y no me extraña: estaba rodeado de mala gente. Imagina, grababa con Reprise, que entonces todavía era propiedad de Frank Sinatra. ¿Hendrix y la mafia? Era imposible que se comprendieran. Con nosotros, Jimi sonreía: tocaba como nunca'. The Band of Gypsys, con sus tres músicos negros, fue entendida como una respuesta de Hendrix a los militantes del Black Power, que le criticaban por su dedicación al público (blanco) del rock. Miles se indigna al oír esa teoría: 'Jimi era como yo, ambos habíamos tocado en todo tipo de circuitos y no mirábamos la piel de los espectadores sino sus vibraciones. Mira, mis baterías favoritos eran y son Louis Bellson y Buddy Rich, así que el color nunca significó nada. Jimi pensaba lo mismo'.

Su poderosa pegada y voz rotunda también llamaron la atención de Carlos Santana, con el que actuó y grabó. 'Era una persona diferente de la de ahora, aunque ya se notaba su pasión por controlarlo todo. Me puedo congratular de que haya vendido millones de copias de Supernatural pero, musicalmente, es trivial: nadie que haya escuchado Abraxas o Caravanserai puede sentirse satisfecho con lo que Carlos está haciendo'.

En los setenta, Miles tocó en todo tipo de sesiones: con John McLaughlin, la abigarrada tropa de Funkadelic o Betty Davis: 'Ah, la esposa de Miles Davis. Era una criatura tan salvaje que yo creo que Miles impulsó su carrera para que se desahogara. Betty era una criatura de los sesenta y no hay que olvidar lo que eso supuso para la liberación de la mujer'.

Miles tuvo otra buena etapa a finales de los ochenta, con The California Raisins. 'Era un grupo de soul que surgió a partir de unos anuncios de televisión, algo que me permitió revivir canciones que las jóvenes generaciones desconocían, ¿Sabes cuál es el problema con Estados Unidos? La industria solo quiere que consumas lo último, procura que no se enteren de donde viene lo que ahora está de moda. ¿El rap? Es negativo. Por dos motivos. Primero, pregona la violencia, el desprecio de la mujer, el materialismo, el desinterés por la educación. Segundo, está acabando con los músicos. Todo se hace con máquinas y sencillamente ya no hay la calidad de instrumentistas que yo conocí. Además, es una vergüenza: se aprovechan del break de un batería de los sesenta o los setenta para construir un tema que vende millones de discos... ¡y no le dan ni las gracias!'.

Buddy Miles reside ahora en Fort Worth, 'ya sabes, la ciudad de Tejas donde nació King Curtis'. Allí atesora las tres guitarras que Jimi Hendrix le regaló. 'Todos los días me llegan ofertas increíbles para comprármelas pero no puedo, creo que deberían ir a manos de alguien con tanta creatividad como Jimi. Y todavía no he encontrado alguien así'.

Buddy Miles, durante su visita a Madrid, donde ha tocado con la Tonky Blues Band.
Buddy Miles, durante su visita a Madrid, donde ha tocado con la Tonky Blues Band.BERNARDO PÉREZ

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