78 muertos y decenas de desaparecidos en el incendio de un hotel de Manila
Las autoridades pidieron al local que mejorara sus sistemas de emergencia hace tres meses
'La gente lloraba desesperada y pedía auxilio a través de los barrotes de las ventanas', declaró Feliciano Belmonte, alcalde de Quezon City, que reconoció que el desastre hubiera sido mucho menor si las víctimas hubieran podido escapar por las ventanas.
El incendio comenzó en torno a las 4.15 de la madrugada en el karaoke de la tercera planta del hotel Quezon City Manor House, que albergaba a 300 personas distribuidas en seis pisos. La mayoría de las víctimas murieron por asfixia en las plantas tercera, cuarta y quinta del inmueble, todas ellas con las ventanas selladas por rejas metálicas, una medida de seguridad común en Manila. Los bomberos sólo consiguieron rescatar a 18 personas tras serrar los barrotes de hierro. Otros dos se salvaron tras saltar al vacío desde el sexto piso.
La televisión local emitió imágenes que mostraron a un bombero con el cadáver de un niño entre sus brazos y a decenas de personas agolpadas en las rejas de las ventanas pidiendo auxilio a los equipos de salvamento.
La mayoría de las víctimas pertenecían al grupo evangelista Los Fieles de Dios, con base en Tejas (EE UU), que celebraba un congreso en el hotel este fin de semana.
'El hotel recibió una advertencia hace tres meses para que mejorara su sistema contra incendios', declaró el jefe de bomberos de Quezon City, Ricardo Memenze, a la cadena de televisión ABS-CBN antes de ser relevado de su cargo como consecuencia del suceso. Según Memenze, los gestores del hotel aseguraron que en 15 o 30 días aplicarían las mejoras exigidas, pero las ventanas seguían ayer selladas por rejas. Las salidas de emergencia estaban también bloqueadas o cerradas con llave y el hotel no estaba equipado con alarmas contra incendios o luces de emergencia, según algunos testigos.
Un total de 57 personas permanecen ingresadas en el hospital con quemaduras de tercer grado, mientras la policía ha identificado a 39 de las víctimas.
La mayoría de los cadáveres fueron encontrados en los cuartos de baño de las habitaciones, por donde supuestamente trataron de huir. Uno de ellos fue encontrado con la cabeza sumergida en el váter en un intento desesperado de sobrevivir.
El ministro de Interior filipino, José Lina, anunció que abrirán una investigación para determinar las causas del siniestro e insistió en que, si las pruebas apuntan a que hubo negligencia, se presentarán acusaciones formales contra el propietario del hotel.
El coronel Jacinto Detiatco, del cuerpo de Bomberos, se quejó de la falta de cooperación por parte de los gerentes del establecimiento, quienes 'se negaron a detallar cuántas habitaciones estaban ocupadas'.
La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, expresó ayer sus condolencias a los familiares de las víctimas y ordenó a las autoridades del municipio que se encarguen de la ayuda financiera a las familias.
El suceso más grave de estas características que se recuerda en Manila ocurrió en 1996, cuando 151 jóvenes murieron y 121 resultaron heridos por un incendio en la discoteca Ozone.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.