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Unas 800 personas se manifiestan en Motril al año de la desaparición de María Teresa

Los vecinos piden a la policía que siga con la búsqueda de la joven

María Teresa Fernández Martín fue vista por última vez en torno a las 21.30 del 18 de agosto del pasado año en el centro de Motril. Allí la había dejado su padre, cerca de la estación de autobuses, para que acudiera a una cita con un amigo con el que pensaba ir a un concierto de música pop. La chica nunca llegó a esa cita. El último rastro que dejó fue un mensaje en el teléfono móvil de su amigo en el que le pedía que la esperara, porque iba a retrasarse un poco.

Desde entonces la angustia se ha abatido sobre la familia de la muchacha, que no vio en ella ningún indicio de que pensara abandonar la casa ni ninguna actitud extraña. Cuando el amigo de la chica comunicó a la familia que ella no había acudido a la cita, ésta comenzó a movilizarse, aunque sin ningún resultado.

A partir de aquel momento comenzaron las labores de rastreo por Motril y sus alrededores e incluso llegó una brigada policial desde Madrid experta en desapariciones para ocuparse del caso. En ningún momento hubo nuevas pistas.

Desde entonces se han rastreado todos los pozos de las cercanías de Motril y se han seguido todas las pistas, muchas de ellas simples bromas, que llegaron hasta la policía. En diversas ocasiones, la presión popular, a instancias de la familia, obligó a los responsables de las investigaciones a continuar las pesquisas pese a no haber nuevos indicios. La familia sostiene que María Teresa Fernández está retenida por alguien contra su voluntad. Los continuos rastreos por la vega de Motril y las batidas hechas tanto por la policía como por los propios vecinos han sido siempre infructuosos.

Pese a ello, la familia no decae en su petición de ayuda y llama a continuas movilizaciones para que el caso de la muchacha no sea cerrado sin más. Con regularidad se convocan manifestaciones y se reparten pasquines con la foto de María Teresa Fernández para recabar posibles pistas. Incluso se han ofrecido recompensas por algún dato fiable.

La familia señaló que, en los últimos tiempos, han recibido numerosas llamadas de supuestos testigos que han visto a María Teresa Fernández, algunas de ellas de 'mal gusto', aunque ninguna ha aportado ningún tipo de información nueva sobre su paradero.

El hecho que más sorprende es que la joven pudiera desaparecer a una hora en la que todavía era de día y en pleno centro de Motril, sin que nadie se percatara de movimientos extraños o algo que llamase la atención. Pese a todo, tanto la familia como sus amigos y compañeros se muestran convencidos de que la muchacha desapareció por la fuerza, y no voluntariamente.

Teresa Martín y Antonio Fernández, los padres de María Teresa, ayer en su casa, horas antes de la manifestación.
Teresa Martín y Antonio Fernández, los padres de María Teresa, ayer en su casa, horas antes de la manifestación.EFE

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