_
_
_
_
Crónica:MÁLAGA | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Triunfó el toreo

La verdad tiene pocos caminos y en la fiesta no hay verdad sin toro. Cuando hombre y toro son, nos acercamos a un presumido más que existente absoluto. Y cuando toro y torero se encuentran en lucha son capaces de liberar una asombrosa cantidad de energía que puede poner en pie a una plaza de toros.

Todo esto sucedió así en el tercero, cuando la estampa antigua y eterna del toro nos repuso toda la belleza de la suerte de varas. Picó arriba Juan Antonio García mientras el toro empujaba humillado, intentando ganar una pelea que quedó en tablas, a pesar de mandar al picador de cabeza al callejón, pero únicamente después de haber soportado una gran puya. El único borrón pudo estar en una segunda entrada al caballo fuera de cuenta, que resolvió saliendo suelto; Javier Conde eligió los medios y cobró tres magníficas series, por derechazos largos, sin enmendarse, cada vez más redondos y mejor rematados, volviendo a firmar toro y torero un nuevo pacto por la verdad. La siguiente serie tuvo algún problema, ya que el toro reclamaba la izquierda y, cuando ésta llegó fue tarde, no hubo acoplamiento y tal vez faltó la mano bajísima que el toro precisaba. No obstante, en la última serie, volvió a funcionar la derecha de manera notable.

Torero / Ortega, Ponce, Conde

Toros del Torero, excelentemente presentados, al 5º se le dio la vuelta al ruedo como premio en conjunto a una gran corrida. Ortega Cano: media atravesada, tres descabellos (ovación y saludos); media estocada (vuelta al ruedo). Enrique Ponce: estocada algo desprendida y atravesada (oreja); estocada caída (dos orejas). Javier Conde: dos pinchazos, media perpendicular y contraria, dos descabellos (vuelta al ruedo); pinchazo, estocada baja (oreja). Plaza de la Malagueta, 13ª de abono. Casi lleno.

En el sexto, Conde quiso poner más de su estilo personal, pero cuando se lució fue en lo fundamental, en eso de torear derecho haciendo girar al toro. En modo alguno, la personalidad puede convertirse en estorbo ni en oscurecimiento de conceptos, que deben ser claros y diáfanos.

Enrique Ponce había acertado con la derecha en el segundo, si bien no había conseguido idéntico mérito con la zurda. Faena muy apreciable, pero el trueno gordo vino en el quinto, otro toro auténtico al que realizó una prodigiosa faena, conjugando el verbo ligar a base de entrega, variedad y verdad. No sólo toreó a un toro que no consintió amaneramientos ni remilgos, sino que interpretó una constante sinfonía en la que siempre mandaba Ponce sobre una embestida presta, que no se acababa de entregar del todo. Lo mejor fue la continuidad, el enlace entre constantes series, la colocación sin condiciones ni ventajas ante un toro, ni más ni menos. Una de las mejores faenas que le recuerdo.

Ortega Cano no fue el convidado de piedra, puso esas gotas de toreo compuesto que adornan cualquier tarde y que ayer no faltaron en la Malagueta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_