Un joven suicida palestino provoca una matanza en pleno centro de Jerusalén

Al menos 15 israelíes, entre ellos seis niños, murieron ayer en un nuevo atentado suicida cometido por un militante integrista palestino en pleno centro de Jerusalén. El terrorista, cargado de explosivos, entró a la hora de comer (la una de la tarde en la España peninsular) en un concurrido restaurante italiano e hizo estallar la bomba, causando además un centenar de heridos. El atentado es la réplica de los grupos radicales palestinos al bombardeo israelí de la sede de Hamás en Nablús el pasado 31 de julio, que mató a ocho personas. El Gobierno israelí anunció ayer que responderá en proporción a la gravedad del atentado.

En el restaurante, una pizzería de la cadena italiana Sbarro, situado en el corazón de Jerusalén, se vivían escenas de horror y pánico: charcos de sangre, densas columnas de humo, gente corriendo en todas direcciones... 'Estaba con mis cuatro hijos pequeños y en el momento en que le estaba cortando la pizza a la niña, oímos una explosión. Después sólo vi fuego a mi alrededor, y todo era luz, humo y cristales rotos', contaba Anat Amar, de 36 años, que resultó ilesa.

El atentado fue reivindicado en un principio por el grupo integrista palestino Yihad Islámica, que lo atribuyó a uno de sus militantes, un joven de 23 años del campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania. Posteriormente, el grupo Hamás, también se responsabilizó del ataque.

El gabinete de seguridad israelí se reunió anoche para preparar una respuesta militar 'acorde' con la gravedad del atentado. Por la tarde, tanques israelíes bombardearon posiciones palestinas en Cisjordania. El ataque fue condenado por el presidente palestino, Yasir Arafat, que instó al Gobierno israelí a anunciar conjuntamente 'un alto el fuego total e inmediato'. A la condena se sumaron el presidente de EE UU, George Bush, y el de la Comisión Europea, Romano Prodi.