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Esperanza a las puertas de Cuenca

Los magrebíes de Las Pedroñeras confían en que su llegada hoy a la capital fuerce una solución

A 15 kilómetros de Cuenca, el optimismo comenzaba a cundir ayer entre el grupo de inmigrantes magrebíes que el martes iniciaron una marcha de 100 kilómetros desde Las Pedroñeras (Cuenca) hasta la Subdelegación del Gobierno en la capital de la provincia en demanda de su regularización.

El tercer día de marcha fue mucho más tranquilo que los anteriores. Ya habían recibido alpargatas y gorras de los servicios sociales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y se encontraban mucho mejor. El miércoles consiguieron llegar hasta San Lorenzo de la Parrilla, donde pasaron la noche a las afueras del pueblo. Durmieron poco y mal a causa del frío y la falta de mantas, por lo que decidieron reemprender la marcha hacia la capital a las cuatro de la madrugada. A las dos de la tarde se detenían a unos 20 kilómetros de Cuenca para comer y descansar. ¿El menú? El mismo del día anterior: bocadillos de atún, zumos y agua. Después de comer caminaron cinco kilómetros más hasta el paraje conocido como El Palmero (kilómetro 420 de la N-420), junto al río Júcar, donde pasarían la noche y prepararían la llegada, hoy, a Cuenca.

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Durante todo el día el número de integrantes de la marcha fue creciendo. A San Lorenzo llegaron 37. De noche se les unieron cinco, y 18 más a la mañana siguiente. A última hora de ayer eran ya 68 los integrantes de la protesta. Uno de ellos, Hassan, explicó que esperaban que el grupo se duplicase hoy en Cuenca. Fuentes de la Cruz Roja manifestaron que en Las Pedroñeras eran muchos los que se habían enterado de la repercusión pública que la marcha ha adquirido, y que algunos de ellos habían intentado montar en vehículos de la organización humanitaria para unirse a sus compañeros.

A lo largo del día recibieron numerosas visitas. El primero en acercarse, hacia el mediodía, fue el secretario provincial de CC OO, Miguel Ángel Sáiz, para explicarles que su protesta no tenía mucho sentido. Cuando los inmigrantes le explicaron que no se pararían hasta llegar a la capital, Sáiz les transmitió todo su apoyo y se ofreció para realizar las gestiones necesarias para que pudieran alojarse bajo techo cuando lleguen a Cuenca. Mientras comían, recibieron un nuevo susto. Tres agentes de la Brigada de Inmigración de la Policía Nacional, con el pretexto de aclarar el nombre exacto de algunos integrantes de la marcha, volvieron a pedir documentaciones, pese a que ya se los habían requerido el día anterior en el cuartelillo de La Almarcha. Mientras, el personal de la Cruz Roja curaba multitud de ampollas en los pies y dolencias musculares. Un magrebí tuvo que ser trasladado al hospital Virgen de la Luz de la capital con una fuerte insolación.

El coordinador provincial de IU, Ángel Luis Castellano, y el vicepresidente de la Coordinadora de Asociaciones de Inmigrantes de Castilla-La Mancha, Álvaro Sánchez Pastrana, animaron a los caminantes diciéndoles que su protesta es el comienzo de un fenómeno que volverá a repetirse. Pastrana criticó la Ley de Extranjería porque a su juicio crea 'los nuevos esclavos del siglo XXI'.

Desde Toledo, la directora general de Acción Social de la Junta de Castilla-La Mancha, Guadalupe Martín, acusaba a la Subdelegación del Gobierno en Cuenca de haber estado 'mirando durante estos meses a otro sitio', sin controlar las contrataciones ilegales de temporeros inmigrantes en Las Pedroñeras. Martín indicó a la agencia Efe que los problemas surgidos en el alojamiento de los inmigrantes en esta localidad conquense vienen originados por aquellos empresarios que los contratan de forma irregular o ilegal y no les proporcionar alojamiento, y señaló que no ha habido vigilancia por parte de la Dirección Provincial de Trabajo.

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