El BCE rebaja su previsión de crecimiento por la 'incertidumbre' que reinará este año

El Banco Central Europeo (BCE) entreabrió ayer la puerta a una bajada de tipos de interés que dé un impulso a la economía tras admitir que el crecimiento en la zona euro será este año menor al previsto y que la escalada inflacionista tiende a remitir.

En su boletín de agosto publicado ayer, el organismo señala, sin concretar cifras, que el crecimiento en el primer semestre se ha debilitado en los 12 países del euro y que la 'incertidumbre' acaparará el resto del año. El BCE se muestra aún más pesimista sobre la evolución de la economía que en junio pasado, cuando revisó a la baja sus pronósticos para este año: del 2,6%-3,6% al 2,2%-2,8%.

El BCE recurre a los temores de la inflación para justificar que, a pesar de la amenaza de desaceleración grave, no haya bajado los tipos de interés, actualmente en el 4,5%. 'La orientación actual de la política monetaria es la apropiada para garantizar la estabilidad de los precios a medio plazo', explica en su informe. Pero añade una puntualización que, a juicio de los analistas, muestra un cambio de tono y que ha acaparado la atención de los mercados: 'Al mismo tiempo, será necesario examinar la evolución de la inflación, que podría hacer cambiar esta valoración'. El ritmo de crecimiento se desacelera, pero la presión sobre los precios, que alcanzaron el 3% en junio, también.

Además, el BCE estima que, durante el primer semestre, ha disminuido el crecimiento del consumo, debido a que han bajado los ingresos disponibles por el aumento de los precios de la energía y los alimentos.

Las presiones sobre el BCE para que abarate el precio del dinero han ido en aumento las últimas semanas. El secretario de Estado de Economía alemán, Siegmar Mosdorf, advirtió ayer a la institución con sede en Francfort de que existe 'un margen de maniobra para una bajada de tipos'. Las peticiones alemanas se producen un día después de que el Gobierno de Gerhard Schröder admitiera que su país, motor de la economía europea, no crecerá este año el 2,5% previsto, sino más bien un modesto 2%.

Nuevas señales de la desaceleración económica llegaron ayer desde Italia. El producto interior bruto (PIB) creció un 2% en el segundo trimestre, cinco décimas menos que entre enero y marzo, según los datos preliminares difundidos por el Instituto Italiano de Estadística. El PIB del segundo trimestre bajó una décima respecto al primero; desde 1998 no se había producido una caída de un trimestre respecto al anterior.

Pese a la tradicional cautela del BCE, los analistas sostienen que Francfort ha mostrado que existen condiciones para una rebaja de tipos de un cuarto de punto porcentual, bien en la próxima reunión de la institución, el 30 de agosto, o en la siguiente, prevista para el 30 de septiembre.