Madrid, verde y limpio

Pensaba yo que mi capacidad de asombro, por los acontecimientos que continuamente suceden en mi calle, estaba saturada, pero tras la concatenación de hechos de esta mañana veo que estaba equivocado. Al salir de casa, a las nueve de la mañana, para dirigirme al trabajo he visto cómo un individuo agarraba por el cuello a una joven a la que perseguía, abofeteándola y exigiéndola que le diera drogas, ya que, argumentaba al tiempo que la maltrataba, llevaba esperándola toda la noche.

En ese momento ha pasado a su altura un todoterreno de esos de 'Madrid, verde y limpio' que parecía observar el estado de verdor y limpieza de la calle de Caballero de Gracia esquina con Montera y que, tras ponerse a la altura de los jóvenes en disputa y escuchar del varón que era su mujer y que hacía con ella lo que quería, han decidido seguir adelante como si nada, ya que, a su entender, el estado de salubridad, seguridad y limpieza de la calle era óptimo. Al doblar el vehículo municipal la esquina, el individuo antes aludido ha arreciado sus agresiones a la joven, que se ha puesto a gritar pidiendo auxilio, momento en que dándome la vuelta, me he dirigido hacia ella para ayudarla.

En ese instante, tres agentes del 092 han doblado la esquina, han separado a los contendientes, les han solicitado la documentación, y tras espetarles él que no la tenía y que no se metieran en la disputa con su mujer, le han conminado a que tomase dirección opuesta a la que tomaba la agredida o que le llevarían a comisaría. Con estas actitudes por parte de la Policía Municipal, empiezo a entender la suficiencia y confianza con que se mueve el lumpen por la zona, ya que poco pueden temer de quienes arreglan un intento de robo con agresión en la vía pública con un 'váyase usted hacia el otro lado'.

Por agravio comparativo, me siento perjudicado y estúpido por pagar todos mis impuestos, tributos, aranceles, multas y sanciones, por las que se me persigue durante años, con procedimientos que me dejan indefenso ante normas de dudosa legalidad, hasta conseguir cobrar del saldo de mi cuenta bancaria, mientras que este tipo de delitos, al ser cometidos por insolventes y, por tanto, no ser susceptibles de engordar la arcas municipales, quedan impunes, dejándonos a los que pagamos sufriendo sus consecuencias.