La justicia de las víctimas
Así pues, después de todo, 'hay' justicia en el mundo. Radislav Krstic, general de las fuerzas serbias en el sitio de Srebrenica, ha sido hallado culpable de genocidio. Casi 8.000 personas de esta pequeña ciudad bosnia fueron asesinadas durante unos cuantos días de julio de 1995; sus asesinos estaban convencidos de que nunca se enfrentarían a un juicio.
Ahora, sin embargo, con la sentencia contra el general Radislav Krstic, la primera dictada por genocidio, el tribunal para crímenes de guerra de La Haya para la antigua Yugoslavia ha llegado a la mayoría de edad.
Este tribunal ha sido calificado por algunos como una especie de conspiración occidental. En realidad, al principio el apoyo de los Gobiernos occidentales fue poco entusiasta, en el mejor de los casos. Solamente la tenacidad de los investigadores y de los fiscales de dicho tribunal durante los últimos siete años ha hecho posible que se puedan pedir cuentas al responsable de la matanza, gracias también a la colaboración del Gobierno británico durante los últimos cuatro años, que al final decidió dar el apoyo internacional que le faltaba al tribunal.
A pesar de todas las estridentes reclamaciones, ésta no es la justicia de los vencedores. Todo lo contrario, es la justicia de las víctimas. La sentencia de 46 años no devolverá a nadie de la muerte. Pero intenta corregir un tremendo error. Permite que los críticos del tribunal internacional de La Haya se encaren con los familiares de los muertos, si se atreven. (...)
Londres, 3 de agosto
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