Humanos, inhumanos

Humanos y no del hombre, por evitar el lenguaje sexista, aunque humano tiene la misma etimología y algunos sabios digan que todo viene de humus, tierra: tierra somos y a ella volveremos. No sé quién es el guardián. De esos derechos, Cebrián -el de aquí- habló en El Escorial y dijo que haría falta una carta europea de derechos: y de deberes. Lógico. Do ut des, por seguir en el latín. Minuto a minuto, la televisión va señalando los derechos humanos violados. Los bereberes, en Argelia y Marruecos (no vale la adulación torpe de Mohamed VI; y es falso que Hassan II no estuviera en Tánger: cené con él allí). Los israelíes bombardeando con cohetes Gaza. Los ecuatorianos devueltos en Barajas; el subgobernador de Granada, que indica que la seguridad prevalece sobre la humanidad (44 marroquíes encerrados por él toda una noche esposados en 80 metros cuadrados). Creo que la orden del tristemente célebre fiscal general, Cardenal, ordenando la querella contra Otegi por apología del terrorismo tampoco está acorde con los derechos. En mi opinión, Otegi tiene el derecho de pensar y expresar su pensamiento, y el delito de apología del terrorismo no debe existir. Lo que para mí es moralmente grave es que el acto de homenaje a la muchacha rota encienda de amor patrio a otros jóvenes, y les lleve a algo peor que morir: a matar. Pero el delito moral no debe existir.

Es humano que 100.000 personas pidan el indulto de Galindo: sería inhumano que el Gobierno lo concediera. Sería humano que el Gobierno diera una amnistía amplia, y es inhumano que la Constitución lo impida: las cárceles son inhumanas, y docenas de miles de personas las sufren aquí por motivos menores que Galindo, los etarras y otros asesinos.

El 23% de los machitos de 11 a 18 años cree que es normal que las mujeres ganen menos que los hombres; temo que los mayores serían más contrarios a este derecho humano de cobrar igual; un 12% de los pequeñines cree que si el marido pega a la mujer es porque 'algo habrá hecho' (la parte optimista es el otro 78%). Bush pide la abstinencia sexual y no el preservativo (como en Kenia); algo le diría el Papa, contra la libertad sexual. El Papa no es humano, es divino, y los derechos divinos están anticuados. Un inventor de detector de mentiras se ofrece a jefes de personal ('expertos en recursos humanos') para admitir empleados: como si la mentira no fuese lícita ante el empleador, el policía, el cónyuge o cualquier otro opresor.