Formación profesional

He terminado un curso de dos años de duración de formación profesional en artes gráficas en IES Puerta Bonita, sita en la calle del Padre Amigo, 5, de Madrid. Desde aquí mi felicitación a dicho centro, ya que debido a la gran profesionalidad del director y de sus profesores, los alumnos salimos muy preparados en diferentes campos de artes gráficas.

Después de terminar los dos cursos, para conseguir el título tenía que hacer 380 horas de prácticas en una empresa del sector; ahí empezaron las dificultades del tutor del centro, ya que se encontró con la negativa por parte de las empresas en aceptarme debido a que tengo 52 años. Después de recurrir a muchas empresas encontró al fin una (de cuyo nombre prefiero no acordarme) que me aceptó, pero que me tuvo de 7.30 a 15.00, durante los tres meses, la mayor parte del tiempo sentada en una silla viendo cómo trabajaban. Ha sido una etapa muy dura para mí y he querido en muchas ocasiones 'tirar la toalla', ya que para estar a la hora requerida me levantaba a las 5.30 de la mañana y tenía hora y media de transporte público, pero ¡al fin lo conseguí!

Ahora lucho por encontrar un puesto de trabajo y me encuentro con las mismas dificultades. Tengo que trabajar, me gusta el sector de artes gráficas y sé que estoy preparada y abierta a aprender más.

Sé que no soy la única en estas circunstancias, pero no puedo resignarme calladamente a ello y quiero que esta carta se publique para que refleje una vez más una realidad que, desgraciadamente, cada vez es mayor. ¿Hasta cuándo tenemos que esperar los que no somos adolescentes a que se nos dé la oportunidad de demostrar todas nuestras aptitudes y ventajas? No tengo nada contra los jóvenes, de hecho mis compañeros de curso tenían alrededor de veinte años y mi relación con ellos es magnífica, pero pienso que en el mundo profesional debería haber, de una vez por todas, sitio para ellos y para nosotros, y creo que debemos luchar para que esto se consiga.