¡Muera la muerte!
Cuando oia la noticia de la muerte de Olaia Castresana, escuché a una persona que relataba los hechos y decía cómo, después de la explosión, se acercó a los escombros y vio medio cuerpo de una mujer. Se confundió: no era el cuerpo de una mujer, sino el de una niña
¡Cuándo llegará el día en que ETA decida reflexionar sobre su propia existencia! Cada vez se parece más a cualquiera de esos ejércitos africanos en lucha permanente que usan a niños para matar y para morir.
Maldita sea la persona que sedujo a Olaia y le convenció hasta la muerte de que matar era la mejor manera de realizarse como persona, como mujer ¡Muera la muerte!
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