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El caos y 'mister' Bi

'Caos'. La palabra pronunciada tan inconscientemente por Joan Font en la rueda de prensa de presentación de Bi el martes, cuando le pidieron su opinión sobre la ciudad de Pekín, ha perseguido a Comediants en el proceso de montaje de su espectáculo en el teatro Century de la ciudad, que ha sido todo un calvario. El embajador español ya le advirtió entonces al director catalán, en un aparte, de que ésa es una palabra muy grave para los chinos, que la asocian a momentos tan terribles de su historia como la sangrienta rebelión de los taiping -que literalmente se soltaron el pelo: dejaron de llevar trenza, señal de sujeción a los manchúes- o la invasión de China por las potencias europeas que el cine ha edulcorado en 55 días en Pekín.

Comediants han tenido mil y un líos en su aventura oriental. En el teatro les han puesto cortapisas continuamente. No les han dejado colocar unas candilejas. El ensayo general hubo de ser aplazado el miércoles hasta medianoche por problemas con la iluminación del escenario, hasta que un técnico del grupo descubrió que la mesa de luces del teatro disponía de disquetera para colocar el programa de Bi; los técnicos chinos ignoraban, por lo visto, esa circunstancia. Ponerle un filtro a un foco resultó una odisea: cuando Font hacía la señal, el técnico chino miraba hacia otro lado o se había ido al lavabo.

Rémora burocrática

En la mañana del día del estreno, se les quemó a Comediants el ciclorama, que era nuevo y que constituye parte esencial de la escenografía. Según fuentes del grupo, la culpa la tuvieron los técnicos chinos, que acercaron demasiado los focos y provocaron tres grandes agujeros en la tela del ciclorama. '¡Y les habíamos avisado!', exclamó con rabia un miembro de Comediants. Otro achacaba el percance a la desidia de los técnicos del teatro y a sus pocas ganas de trabajar para una compañía occidental, cuyos métodos, ritmos e intenciones no comprenden o les importan lo que el canto de un grillo. En cuanto al Century, es un teatro nacional que arrastra una rémora burocrática digna de la administración de los eunucos durante la crisis de la dinastía Ming.

Como las cosas vayan así durante los Juegos, en vez de vallas habrá que saltar farolillos. Pese a todo, Comediants se tiró a la piscina del estreno. Un animoso Joan Font, al que ya se conoce en broma como mister Bi, seguía derrochando optimismo y buen humor ayer por la mañana. Lucía una camiseta con el animoso lema teatral Mierda estampado. Es difícil saber qué interpretación se dará a eso en China. Quién sabe, quizá sea un buen amuleto contra el caos.

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