De Pasajes a Galicia en 'currach'

Bartholome ha visto la luz en el siglo XXI en la localidad guipuzcoana de Pasajes San Juan. Es la reproducción de una embarcación de la Edad Media con armazón de madera recubierto de cuero y denominada currach, con la que los frailes celtas realizaban la ruta marítima entre Escocia y Galicia.

Media docena de tripulantes vascos se harán a la mar el próximo martes a bordo de Bartholome y rumbo a la localidad pontevedresa de Poio, donde tienen previsto llegar el 23 de agosto, a fin de conocer de primera mano las condiciones en las que navegaban los monjes de la Edad Media y las dificultades con las que se encontraban en su hazaña marítima, dirigida a abrir nuevos monasterios a lo largo de la ruta o a visitar Santiago de Compostela. Así lo explicaba ayer Ane Miren Miralles, una de las navegantes y miembro de Albaola, la asociación para la recuperación del patrimonio marítimo cultural vasco y una de las protagonistas de esta aventura.

Y es que los tripulantes vascos no navegarán solos. Este viernes llegarán a Pasajes San Juan otras dos currach, una irlandesa y otra bretona para las tres juntas dirigirse por la costa cantábrica a tierras gallegas. Este viaje forma parte de la cuarta etapa de un gran proyecto europeo que nació en 1996, a partir de la iniciativa de asociaciones de Irlanda, Gales y Bretaña, interesadas en rescatar el patrimonio marítimo. Desde entonces, estas agrupaciones han realizado en tres etapas el trayecto entre Escocia y Bretaña.

Este verano pues se materializará la cuarta y última etapa de la expedición, bautizada Galiziaruntz (Hacia Galicia) y a la que se incorporará la tripulación vasca. Ello será posible gracias al encuentro de embarcaciones tradicionales que tuvo lugar el año pasado en Bretaña y al que acudió Albaola, que tomó allí contacto con las asociaciones afines que ya estaban inmersas en el proyecto marítimo.

La nave Bartholome tiene siete metros de eslora y dos de manga y, al igual que sus compañeras de viaje, se mueve a remos, aunque cuenta con una pequeña vela que sus tripulantes utilizarán si el viento se lo permite. Las tres currach, que harán escala cada noche en un puerto, estarán apoyadas por un velero, una zodiac y una embarcación de la Cruz Roja durante la travesía marítima, además de por un equipo que se desplazará por tierra.

Bartholome ha sido construida en el Centro de Investigación y Construcción de Embarcaciones Tradicionales Ontziola, ubicado en San Juan y promovido por la Agencia de Desarrollo Comarcal de Oarsoaldea. Los trabajos han estado dirigidos por Xabier Agote, padre de otras reproducciones de barcos antiguos como el Amerikatik (Desde América), pero en ellos han participado también los tripulantes de la nave. Una de ellas, Gemma Sistiaga, recordaba ayer, entre quejosa y orgullosa, lo difícil que ha sido coser a mano las piezas de cuero, que en algunos casos alcanzaban un grosor de seis milímetros.