Tan sólo un comienzo

La cumbre de Agra la hicieron y deshicieron los medios de comunicación. La atmósfera en que estuvo envuelta la reunión entre Atal Bihari Vajpayee y Pervez Musharraf estuvo precedida por las exageradas expectativas que habían provocado. La percepción pública, moldeada por la exageración, tenía en la cumbre unas esperanzas que no estaban basadas en la realidad. (...) Pero el caso es que, una vez que ya han concluido las conversaciones, hay una especie de reticencia por ambas partes a reconocer que, en términos realistas, en esta cumbre no se podría haber conseguido más de lo que se ha conseguido: (...) hablar y enumerar sus puntos de vista. (...)

La reacción inmediata por parte india fue prudente, (...) haciendo hincapié en que se podrían retomar las conversaciones en fechas posteriores, pero esta optimista evaluación está perdiendo adeptos en los pasillos del poder. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Nirupama Rao, ha expresado su decepción por que en Agra no se hubiera alcanzado ningún acuerdo final. (...) El pesar de la portavoz por la ausencia de un acuerdo o una declaración pone en evidencia, en efecto, su miopía en este asunto. El final de cualquier iniciativa diplomática es frecuentemente un comunicado, pero eso en el caso de que el proceso haya concluido. Agra ha de ser vista como un comienzo, por lo que no puede terminar con un acuerdo. La diplomacia no siempre trata del contenido, sino que muchas veces trata de la forma. Ahí residen la importancia y el significado de la cumbre de Agra.

Calcuta, 20 de julio