El presidente indonesio afronta hoy el inicio del proceso de destitución

Wahid, que había dado como ultimátum las seis de la tarde de ayer (la una de la tarde hora peninsular española) para declarar el estado de emergencia, decidió en el último momento aplazar la decisión hasta el 31 de julio para intentar un acuerdo con el Legislativo, que en mayo pasado aprobó su enjuiciamiento por corrupción y mal gobierno en un proceso previsto para el 1 de agosto.

El mandatario intenta desde entonces que los parlamentarios renuncien a sus planes, y para ello ha amenazado en varias ocasiones con proclamar el estado de emergencia, recurso que le permitiría disolver ambas cámaras del Parlamento. Sin embargo, el presidente de la Asamblea Consultiva, Amien Rais, convocó ayer una sesión especial de la Cámara donde hoy tratará de adelantar el juicio político al jefe del Estado.

Rais, antiguo aliado y hoy principal rival político de Wahid, ya había advertido al presidente que en caso de nombrar al general Chaeruddin Ismail como nuevo director general de la policía, convocaría con urgencia una sesión plenaria para procesarle por 'saltarse' las regulaciones legislativas.Wahid creyó que con la concesión de que el nombramiento fuera 'temporal', lo que evita la necesaria aprobación de la Asamblea Nacional (Cámara baja), salvaría el escollo.

Pero las cosas se han complicado con la rápida actuación de Rais. Éste no precisó ayer cuál será el marco temporal de la moción, pero dijo que la Asamblea Consultiva se reuniría a las diez de la mañana (las cinco de la mañana hora peninsular española). El presidente de la Cámara alta explicó que va a solicitar al jefe del Estado que presente su pliego de descargos el próximo lunes.

'La mesa de la Cámara ha decidido que mañana [por hoy], si Dios quiere, celebraremos un plenario a las diez de la mañana que lógicamente procederá a una moción de censura', manifestó Rais.

En esas circunstancias, Wahid podría finalmente declarar el estado de emergencia, como única vía de evitar su destitución, a pesar de que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se han opuesto públicamente a sus intenciones. Los observadores también han advertido de que esa maniobra provocaría una ola de desestabilización de alcance impredecible en la cuarta nación más poblada del mundo, donde Wahid es líder del partido con mayor número de seguidores.