"Sevilla es mejor que yo"
Pedro Delgado ensalza las condiciones del joven corredor del Kelme que, en su primera participación en el Tour, pasará hoy el día de descanso con el 'maillot' blanco colgado en su habitación
Tour de 1983. Un chaval llamado Pedro Delgado, con 23 años y 3 meses, asombra a los viejos dinosaurios del momento, comandados por Bernard Hinault, por su desparpajo y arrogancia. No gana ninguna etapa, ni acaba entre los diez primeros por culpa de un día malísimo. Pero avisa de lo que iba a venir unos años después. Año 2001. Un chaval con apariencia de no haber dejado todavía el instituto irrumpe en el pelotón. También es su primer Tour y está lleno de insolencia. Tiene 24 años y 10 meses, y hoy, día de descanso entre los Alpes y los Pirineos, tendrá el maillot blanco colgado en su habitación. Lo mirará y dirá para sus adentros: 'Ojalá en el futuro me vista un maillot de otro color'.
Tras aguantar en L'Alpe d'Huez entre los primeros, ayer en Chamrousse no pasó desapercibido. Acabó quinto y ya se ha colocado al acecho de los mejores de este Tour. 'Y eso que era una de mis primeras cronoescaladas', admitió una vez que salió de la caravana del control antidopaje. Por cierto, necesitó casi una hora para cumplir con el trámite de la orina. 'En el Tour, todo cuesta mucho', bromeó. 'He tardado más en hacer pipí que en subir este puerto'.
Ahora hay que pensar en los Pirineos. Para Sevilla será como correr en casa, aunque él vive en Ossa de Montiel (Albacete). Y avisa: 'El Kelme dará guerra. Los Pirineos se me dan mejor que los Alpes porque son más cortos y explosivos'. Mientras tanto, digiere los ritos del podio: 'Subir hasta allí, con la gente aplaudiendo, los ramos...'. Y sonríe. Sevilla ha sonreído desde siempre, y ahora con un motivo añadido.
Sevilla es joven, y nadie quiere asustarle con el peso de la responsabilidad. 'Me la pongo yo mismo', dice. Pero es inevitable hablar de él. Habla Belda, su director, y comenta en público: 'No les veo a Beloki o Igor mejor que él. Tal vez, Beloki tiene un punto más en las contrarreloj. Pero subiendo...'.
El escalador del Kelme no ha hecho sino confirmar lo que se le veía. Es un escalador puro, imprevisible. Atrevido e impaciente. 'Tiene que escuchar las órdenes que le damos desde el coche y tranquilizarse', explica Vicente Belda. Sevilla es joven y tiene que pulirse. De momento, no se le pueden exigir resultados en las contrarreloj y en su equipo están preparados por si un día cualquiera, de repente, se le atraviesa la etapa. Igual que el Perico del 83.
Pedro Delgado lo ha observado de cerca, y ha llegado a una primera conclusión: 'Sevilla es mejor que yo. Me recuerda a mi primer Tour'.
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