Un terrorista suicida de la Yihad Islámica mata a dos mujeres israelíes
Israel amenaza con una represalia inmediata
Un activista palestino se suicidó ayer al hacer estallar una bomba en la estación de tren de Binyamine, al norte de Tel Aviv, y causó la muerte de dos mujeres y heridas a varias decenas de viajeros. El Gobierno de Israel culpó al presidente Yasir Arafat, a quien acusó de colaborar con un 'frente terrorista', y dejó entrever que la represalia sería inmediata. Durante la madrugada de ayer, dos palestinos murieron mientras preparaban un atentado contra los Juegos Macabeos en Jerusalén.
El ataque suicida, que fue reivindicada por la organización extremista Yihad Islámica, supone el fin de la tregua firmada hace un mes por israelíes y palestinos gracias a la mediación de la CIA. El ataque, perpetrado al parecer por un joven al que se vio merodear por los alrededores del lugar momentos antes de la explosión, se produjo una hora antes de que en Jerusalén se celebrara la apertura de los 16 Juegos Macabeos, una muestra deportiva internacional en la que participan las comunidades judías de todo el mundo y que suponía un reto del Gobierno de Tel Aviv a la oleada de violencia e inseguridad en que se encuentra sumido el país desde hace nueve meses.
El atentado se produjo dentro de la estación, mientras se encontraba parado en los andenes un convoy y un numeroso grupo de viajeros procedía a subir a los vagones, según aseguraron varios testigos. En el exterior, cerca del edificio, fue visto un coche de color verde que apoyaba al kamikaze y que huyó inmediatamente cuando se escuchó la explosión.
Las fuerzas de seguridad israelíes cerraron al tráfico todas las carreteras y accesos de la zona, e inició una persecución de los cómplices del activista. En las operaciones de búsqueda participaron anoche diversos helicópteros que vigilaban las zonas fronterizas con los territorios autónomos palestinos, donde se supone que viven los miembros del comando.
Éste es el primer atentado suicida que se produce dentro del territorio israelí desde que el 1 de junio un activista originario de Tulkarem se inmolara en la sala de fiestas Pascha, en la zona del Delfinario de Tel Aviv, ocasionando 21 muertos. La acción del terrorista obligó en aquella ocasión a Arafat a aceptar una tregua con los israelíes, logrando frenar la represalia de Israel.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, acusó anoche a la Autoridad Nacional Palestina de 'no luchar o actuar contra el terrorismo'. Dore Yaron, uno de sus asesores políticos, culpó de los hechos a Arafat y dijo que el presidente palestino se niega desde hace meses a detener a los líderes y principales militantes de las organizaciones fundamentalistas, que fueron excarcelados a principios de la segunda Intifada.
'No hay ninguna duda de que los servicios de seguridad palestinos colaboran estrechamente con la Yihad Islámica y Hamás, e incluso con el Hezbolá libanés, y que nos encontramos ante una coalicción terrorista que tiene su origen en las zonas bajo control de Yasir Arafat', recalcó el asesor del primer ministro mientras dejaba planear en el ambiente la amenaza de una represalia inmediata.
Represalia, además, que respondería a otro atentado anterior. A primera hora de la madrugada en Jerusalén, cerca del estadio Teddy Kolell, donde ayer se inauguraron los Juegos Macabeos, dos activistas palestinos encontraron la muerte mientras se disponían a colocar un explosivo en el recinto.
Por su parte, el Ejército de Israel efectuó dos incursiones en los territorios autónomos, en los municipios de Hebrón y Tulkarem, para destruir posiciones de las fuerzas de seguridad palestinas.
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