<l>¿Dónde está Antonio Luque?</l>

Desde que se desató el asunto del aceite de orujo, observo cómo todas las partes implicadas, ya sea directamente, como son los extractores, refinadores y envasadores, como los implicados indirectamente, como son organizaciones agrarias, empresarios y sector del aceite de oliva, que indirectamente está siendo perjudicado, han coincidido en señalar la torpeza de la ministra de Sanidad en el procedimiento escogido para solucionar el tema, máxime cuando ya los refinadores habían encontrado la solución para eliminar la presencia de benzopireno hasta los límites recomendables, en colaboración con el Instituto de la Grasa.

Eran sólo 20 días más los que había que esperar para solucionar el problema sin alarma social, como propuso el sector el lunes por la tarde a altos cargos del ministerio. El martes la ministra no pudo esperar y lanzó su SOS para salvar a sus consumidores, que cuatro días después dijo que no corrían riesgo en absoluto, porque llevan cuatro años consumiendo el mismo aceite. La ministra no sólo no midió las consecuencias de tan torpe decisión, no sólo para el aceite de orujo, cuyo certificado de defunción ya ha firmado, sino para todo un sector como es el del aceite de oliva, que ya está recibiendo recelos y rechazos hasta de los países más recónditos. Y no hablemos de los efectos ecológicos, cuando las cooperativas y almazaras este invierno no tengan dónde echar el aperorujo, o tengan que pagar para su eliminación, lo que encarecerá el aceite de oliva, o paralizar la producción por no saber dónde echar el aperorujo.

Hago estas reflexiones porque en todas estas manifestaciones de protesta echo en falta la de una persona muy significada en el tema del olivar, cual es la de Antonio Luque, un antequerano que lideró en todos los medios de comunicación la protesta contra la reforma del comisario Fischler. No en balde era, y creo que sigue siendo, el presidente de la sectorial de las cooperativas olivareras. Como presidente, ciertamente, dio la talla entonces. Ahora no. Y yo pregunto: ¿por qué aún no ha dicho ni pío? O si lo ha dicho habrá sido de forma tan tenue que no ha trascendido. Leo en la prensa que el sector, es decir, todos los implicados directa o indirectamente, industriales, organizaciones agrarias, han dirigido un escrito al presidente Aznar para que intervenga. No he visto la firma de Antonio Luque ni de nadie que represente a las cooperativas.

Hay un refrán que dice 'piensa mal y acertarás'. No quiero ser mal pensado, pero la ausencia de Luque me mosquea bastante. Las últimas noticias que yo he leído de él en la prensa es que recientemente se ha lanzado junto con otro señor de Córdoba a un proyecto para lanzar una marca blanca de aceite de oliva para la gran distribuidora, a semejanza de lo que se hace con otros productos. Es un macroproyecto comercial, que sin apenas inversiones quiere abrirse un gran hueco en el mercado, comercializando bajo esta fórmula el aceite de hojiblanca de unas 30 cooperativas, casi todas de Málaga. ¡Qué casualidad, hombre, de donde es la ministra! Y como se suele decir: deduzcan y no piensen mal. A mí lo que me mosquea es que el bueno de Antonio Luque no sólo no ha pedido la dimisión de la ministra, sino que ni siquiera ha hablado.-