<l>Auxilio judicial ante la barbarie</l>

Como todos los ciudadanos de mi barrio, soy espectadora diaria de la barbaridad que significa la ya famosa edificación que se está levantando en la esquina de la calle Hernani con calle Dulcinea. La barbarie consiste en que, con ello, un tramo de la segunda calle perdería nada menos que ¡doce metros! en su anchura.

¿Qué razones técnicas, estéticas o urbanísticas se pueden argüir para justificar semejante agresión? Además, la tendencia actual en el resto de Madrid, y en particular en Nuevos Ministerios, es justamente la contraria: un lógico ensanche de calles, por ejemplo, en el caso de la calle Hernani. ¿Por qué se nos castiga de esa forma a los vecinos de 'segunda' de Dulcinea?

Ya hace años, y temiéndonos lo peor, numerosos vecinos recurrimos el PGOU exigiendo mantener la anchura actual de la calle.

En unos meses se conocerá el resultado del recurso. Como un juez no lo impida, cuando el recurso restituya probablemente su anchura a nuestra calle 'ya será tarde', pues el edificio estará ya levantado como un monumento a la 'sinrazón', y este tremendo daño al trazado urbano será irreversible.

Desde aquí pido auxilio a la justicia, 'en la que aún creo'. Ésta es la última oportunidad de que prevalezca la cordura. El asunto está justo ahora en trámite por el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 11 (Proc. Ord. número 42/01).

Consiste en un recurso del 20 de abril contra una resolución del Ayuntamiento del 20 de marzo, en la que éste desestima el paralizar las agresivas obras, a pesar de que la Junta Municipal y el propio concejal han reconocido repetidamente los daños que ocasionaría esta construcción. Sólo el Poder Judicial parece tener la competencia necesaria para ello. Espero de los jueces o juezas encargados de resolver el recurso una decisión justa y valiente.-