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Reportaje:

Los aromas del aceite

Una quincena de mujeres de Jaén estudian los secretos de la perfumería para hacerse empresarias

Aprender los secretos de los aromas, de las mezclas y las combinaciones que hacen sugerente un perfume es la apuesta de una quincena de 15 mujeres de Sierra Mágina (Jaén) para aprender una profesión y montar luego su propio negocio. El Instituto Andaluz de la Mujer ha puesto en marcha esta experiencia en forma de taller denominado Programa olivar. Preparación de cosméticos a partir de aceite de oliva.

Las mujeres, con edades comprendidas entre los 20 y los 30 años, ya saben que la mezcla del olor de mora con el de naranja da un resultado 'fatal'; que unir lirio con mora da algo ligeramente mejor pero que nadie se lo pondría sobre la piel, y que el jazmín con la naranja necesita unas dosis muy adecuadas para no resultar pesado. Se lo está enseñando Jorge Sánchez Martín, un cordobés licenciado en Química, que hizo hace un año el mismo curso que ellas reciben ahora.

El monitor les enseña durante este mes en un taller práctico que emula lo que ocurre en una empresa real. Unas tendrán que hacer las mezclas, otras etiquetas, otras envasar. Después se cambiarán los turnos para que todas lo hagan todo. Así obtendrán una idea aproximada de lo que les tocará hacer si finalmente se deciden a ser empresarias.

En agosto el taller cambia de contenido radicalmente. Será ya más teórico y tiene como fin dar nociones básicas sobre la constitución de una empresa. Será la hora de olvidarse del aceite, del jazmín o la naranja para pasar a las cuentas, los haberes y los debe.

'Este taller supone entrar en una nueva orientación profesional. Se puede crear una empresa sin aportar mucho dinero y se fabrica un producto de salida fácil', asegura el monitor. Según su experiencia vale con una inversión inicial de 40.000 o 50.000 pesetas, además de tiempo, para poder obtener un producto que puede ir directamente al mercado. A él la experiencia no le fue mal; con esa inversión consiguió en sus comienzos una facturación mensual de más de 300.000 pesetas.

Cuando las alumnas hayan conseguido cuatro o cinco esencias de su gusto pueden fabricar desde jabones hasta champús, gel o desodorante. Incluso ambientadores. En el curso están aprendido las fórmulas básicas para fabricar todos estos productos de forma natural, lo único que ellas necesitan es explotar su imaginación para sacar adelante unos perfumes que gusten.

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Ya hay un grupo de cinco mujeres que están dispuestas a iniciar la aventura empresarial en cuanto terminen el aprendizaje. A partir de septiembre estarán preparadas para empezar a trabajar. 'Les esperan muchos quebraderos de cabeza, pero también una actividad interesante que tiene aceptación en el mercado a base de trabajar mucho', advierte Jorge Sánchez. Las participantes en el curso tienen 'unas ganas tremendas' de trabajar y aprender.

Lo que más miedo produce es competir con las grandes marcas cosméticas. Las empresarias que salgan de la iniciativa que se está desarrollando en la localidad de Albánchez no tendrán presupuesto para publicidad y saben que deben conformarse con dar a probar su producto y convencer a los demás de que es bueno.

La base del aceite de oliva se utiliza fundamentalmente para los jabones, fabricados con sosa y esta grasa natural. Necesita sólo el aditivo del olor y aprovecha una técnica antiquísima. Ideas no faltan. Una destilería que haga esencia puede ser otro buen negocio. Destilar un litro de romero puede suponer 2.000 pesetas de coste, pero su esencia se vende a 16.000.

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