60 norteafricanos inician una huelga de hambre en Lleida para reclamar su regularización

Unos 60 inmigrantes norteafricanos sin papeles comenzaron ayer una huelga de hambre en Lleida para conseguir regularizar su situación en España. El grupo, formado mayoritariamente por personas originarias de Marruecos y Argelia, se concentró en las escaleras de acceso a la catedral nueva tras fracasar en su intento de encerrarse en alguna de las iglesias de la ciudad. Los Mossos d'Esquadra desplegaron un cordón de vigilancia para impedir que los manifestantes, quienes anunciaron que mantendrán su actitud hasta que se resuelva su problema, entraran en el templo.

Este grupo de inmigrantes forma parte del contingente que durante los últimos días ha permanecido acampado en el recinto de la Oficina Única de Extranjería de Lleida para reivindicar su regularización. Muchas de estas personas llevan dos semanas deambulando por las calles y durmiendo a la intemperie bajo los puentes de la canalización del río Segre. Los inmigrantes colgaron ayer una pancarta con el tradicional lema papeles para todos.

En las últimas dos semanas han viajado hasta Lleida centenares de inmigrantes con la esperanza de encontrar un trabajo en la campaña de recolección de la fruta, pero la mayoría de ellos no lo conseguirá porque la mano de obra supera ampliamente la demanda existente y porque este año se ha multiplicado por cuatro el número de personas inscritas en las 25 oficinas municipales de contratación. Sólo aquellos que tengan los papeles en regla y una oferta de trabajo podrán aspirar a firmar un contrato temporal en la campaña de la fruta. Los demás no tienen ninguna posibilidad de trabajar porque los payeses no quieren arriesgarse a recibir sanciones de hasta un millón de pesetas por contratación ilegal.

La situación de estos inmigrantes sin papeles que reclaman su regularización se ha complicado después de que la Oficina Única de Extranjería de Lleida les haya comunicado, tras revisar 178 expedientes, que ninguno de ellos reúne los requisitos legales para iniciar los trámites para su regularización -la gran mayoría no tiene ni siquiera pasaporte- y que no hará ninguna excepción para no crear precedentes. El alcalde de Lleida, el socialista Antoni Siurana, ha lamentado la situación de este colectivo y ha culpado al Gobierno central y a la Generalitat de haber generado falsas expectativas de trabajo.

Llamamiento de Franco

El consejero de Trabajo, Lluís Franco, hizo ayer un llamamiento para que ningún inmigrante se desplace a Lleida sin un precontrato de trabajo. Franco aseguró, durante la visita a un albergue de Alcarràs, que la Generalitat tampoco permitirá que los agricultores actúen al margen de la ley dando trabajo a personas que no tengan su situación regularizada. 'Lo que hay que hacer', dijo, 'es entender la situación personal de estas personas y ayudarlas, pero en ningún caso darles trabajo si no tienen los papeles en regla'. Franco reconoció que la plantilla de inspectores para controlar la campaña de la fruta en las comarcas de Lleida es insuficiente.