El descanso del guerrero
El pueblo de la esposa del jugador, El Chive (Almería), espera la llegada de la estrella, como cada verano
Llegar hasta El Chive, una pedanía del municipio almeriense de Lubrín (Almería) de no más de 80 habitantes en invierno y que ve triplicada su población en verano, puede ser toda una proeza. Pero si las llantas del coche lo aguantan (hay que subir rambla arriba por un camino sin asfaltar y con algún que otro pedrusco), el forastero descubre rápido un remanso de paz y sosiego que hace comprensible que uno de los futbolistas más completos y también de billetera más holgada elija como lugar de descanso este lugar de emigrantes, olvidado en el mapa, donde sólo existen tres bares y ninguna opción de ocio, salvo el que uno mismo quiera propiciarse.
Zinedine Zidane, el flamante fichaje del Real Madrid, se deja ver por El Chive cada vez que su mujer, Verónica Fernández, va a visitar a su abuela Amparo, de 77 años, quien, tras criar a sus cuatro hijos, vio cómo éstos dejaban el pueblo para buscar un futuro mejor.
La historia de Verónica, esposa de Zidane e hija de Antonio y Ana, sería una historia particular y privada sin mayores trascendencias, como la de los otros miles de emigrantes que Almería tiene desperdigados por el mundo antes de que surgiera el milagro de la agricultura intensiva y que vuelven para el veraneo. Pero ha saltado a ser objetivo de la prensa al tener como consorte a la estrella futbolística.
En el pueblo ya no se habla de otra cosa. La hermana de la abuela de Vero, como la llaman todos en el pueblo, Bienvenida, explica que su sobrina-nieta acude a El Chive con las mismas ganas que sus hijos. 'Yo vengo en verano para estar dos o tres meses. No vivo aquí porque todos mis hijos y mis nietos viven en Francia. Ellos me dicen que si pudieran tener el trabajo aquí no se lo pensarían dos veces', cuenta Bienvenida.
El corrillo de vecinos que toman la fresquita con las sillas apostadas en las puertas de sus casas no tarda en comentar a los periodistas los comportamientos más usuales del campeón del mundo de fútbol. 'Es una persona muy tranquila y más bien tímida. Juega con sus hijos al fútbol en la plaza del pueblo y también con los demás niños. Antes de que se montara todo este revuelo, a partir del Mundial, iba incluso a Garrucha a la playa y se llevaba a la gente en el coche', comenta otra tía abuela política de Verónica.
Este verano, aunque Vero acuda a ver a su abuela Amparo, en el pueblo, aunque se espera la llegada del centrocampista más caro de la historia, se asume que puede ser diferente. 'Aquí este año no viene. Seguro. No le dejarían descansar', zanja un vecino.
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