Incógnitas con Milosevic
El proceso a Slobodan Milosevic que ha comenzado en el Tribunal Internacional de La Haya puede inaugurar una nueva era en las relaciones internacionales. O quizá no. (...) Si la acusación tuviera alguna dificultad para probar sus tesis, o si el ex presidente serbio lograra implicar en el proceso a importantes líderes occidentales -los mismos que le trataban con todos los honores hasta marzo de 1999-, difícilmente el experimento podrá tener una continuación. Pero otras incógnitas pesan también sobre el que debería ser el punto de partida de un sistema judicial mundial. (...) En primer lugar, el hecho de que la jurisdicción de La Haya no pueda aplicarse más allá del territorio de la antigua Yugoslavia. Es un tribunal ad hoc. (...) Se ha servido de la OTAN como policía judicial (salvo cuando no convenía, como con Karadzic y Mladic, todavía en libertad). EE UU, que es la potencia líder de la OTAN, es contraria al Tribunal Penal Internacional creado en Roma, que, sin embargo, para funcionar no puede prescindir ni de EE UU ni de otros países importantes. (...) Una justicia internacional de geometría variable no puede ni siquiera fingir ser universal. Además, está por ver cuál será el efecto concreto del proceso a Milosevic sobre la estabilidad y la pacificación de los Balcanes. Si estableciera, con su condena, (...) el final de una década de sangre, podría aspirar a convertirse en un modelo para el resto del mundo. Si, por el contrario, desestabilizara aún más la región, sería difícil para los que apoyan la justicia internacional sostener la eficacia de este instrumento. (...)
Lucio Caracciolo. Roma, 12 de julio
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