Una oportunidad para ir de vacaciones
Más de 100 mujeres sin recursos y con hijos a su cargo disfrutan de un programa de asueto en Almería
'Esto es una experiencia fabulosa. Es la única oportunidad que tenemos para poder ir de vacaciones y lo más bonito de todo es ver cada día las sonrisas de nuestros hijos'. La que habla es Rocío Medina, una sevillana residente en Huelva que forma parte de las 124 mujeres de Andalucía, Ceuta y Melilla que estos días disfrutan de unas vacaciones en el hotel Aguamarina de Almerimar, una urbanización ubicada en el municipio almeriense de El Ejido.
Estas mujeres llegaron a Almerimar a principios de mes acompañadas por sus hijos (en total son 186 menores), a los que intentan dar las mejores condiciones para su educación. Han de asumir, a la par, el papel de madre y padre. Una tarea complicada si a eso se añade la escasez de recursos con los que cuentan para poder llevar su tarea a buen puerto.
Ninguna goza de los medios necesarios para brindar a sus hijos unos días de vacaciones fuera del entorno habitual. Por eso estas vacaciones, a las que han podido acceder gracias a un programa del Instituto de la Mujer, diseñado para madres con pocos recursos económicos e hijos que dependen exclusivamente de ellas, suponen todo un respiro.
El programa -que este año se realiza en Almería- recibe cada verano cientos de solicitudes para participar en él. Las mujeres que finalmente resultan seleccionadas saben que no es fácil acceder a este tipo de vacaciones. Como ocurre en casi todo, la oferta de plazas siempre se ve desbordada por la demanda.
Quizás por eso, estas mujeres saborean con auténtico entusiasmo cada uno de los minutos que se les ofrece en este programa denominado Estancias de Tiempo Libre para mujeres con cargas familiares.
'Aquí tenemos talleres de baile, clases en las que nos enseñan a elaborar cestos de forma artesanal, momentos para estar en la piscina con nuestros hijos, fiestas, disfraces... No queremos perdernos nada. Por eso dormimos poco y tratamos de aprovecharlo todo', afirma Rocío Medina.Rocío desborda entusiasmo. Despliega al hablar la misma alegría que se refleja en el rostro de la mayoría de sus compañeras de aventura estival.
La de Rocío Medina no es una sonrisa cualquiera. Es un gesto auténtico, cimentado sobre la ilusión de un futuro que ella misma está labrando, para sí y para sus hijas, tras dejar atrás una casa de acogida que le ayudó a olvidar una vida conyungal dominada por la violencia. Ahora el objetivo de Rocío es encontrar un trabajo.
Coraje
Entre las mujeres que participan en el programa vacional hay algunas que han tenido el coraje para salir de una situación de malos tratos. Pero también hay muchas a las que la vida les sorprendió con una temprana viudez. Otras debieron afrontar un divorcio y otras son madres solteras. Ninguna recibe ayudas para sacar a sus hijos adelante.
Encarni de la Flor vive en San Fernando (Cádiz) y tiene un hijo de ocho años del que se ocupa sola desde que se separó hace un año y medio. Está contenta por haber podido disfrutar de estas vacaciones con otras compañeras. Sin embargo, reconoce que queda mucho por hacer: 'En los pueblos pequeños hay mucha falta de información y las mujeres a veces no se atreven a intentar salir solas adelante con sus hijos porque tienen miedo'.
Cuando llevaban unos días en Almería, estas mujeres y sus hijos fueron visitadas por la responsable del Instituto Andaluz de la Mujer, Teresa Jiménez. Las vacaciones terminarán el lunes. Para entonces está previsto que las despida la directora general del Instituo de la Mujer del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Pilar Dávila.
Pero, al margen de visitas institucionales, lo más importante es que tanto madres como hijos habrán tenido la oportunidad de sonreír durante diez días. Un logro nada desdeñable cuando el bagaje personal no suele invitar a momentos de respiro y felicidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.