_
_
_
_
CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Trabajo de las musas

Aún recuerdo el día en que, recién comenzados mis estudios universitarios en la ciudad, discutíamos mis compañeros de piso y yo sobre los gustos musicales de cada uno de nosotros. A mí se me escapó una frase del alma que sigo manteniendo todavía hoy pese a la podredumbre ambiental: 'La música es una de las pocas cosas serias sobre las que se puede hablar'. Siempre me ha gustado la música, y siempre me ha gustado, sobre todo, investigar sobre ella. En esa investigación -que no es otra cosa que autodidactismo emotivo-, mis gustos y mis instintos siempre se han dirigido hacia las raíces de varios estilos; pero esa dirección ha chocado y sigue chocando con los circuitos comerciales. Es decir, para llegar a un J. J. Cale, a un Turronero o a una Billie Holliday, por ejemplo, recurría a programas especializados o a consejos de 'locos especialistas'. De los primeros, muchos han desaparecido (¿qué fue de El maquinista de la General?) y la bendita locura también está en fase terminal.

La música es un encuentro de almas, la de los músicos y la del oyente (es éste el sentido al que más afecta). Pero hoy es más que nunca una mera transferencia bancaria. ¿Quién crea? ¿Quién investiga? ¿Quién no se doblega a las ventas? Muy pocos, en comparación con el maremágnum panorámico y con la accesibilidad a la que lleva el pirateo. Encima, los medios de comunicación quieren hacer pasar por grandiosos trabajos comerciales repetitivos y efímeros. Y encima, los músicos 'coherentes' dejan de serlo -algunos, por fortuna, poco tiempo-, provocando naufragios entre sus seguidores. Los que menos gozarán de personales privilegios musicales son los neófitos desorientados -muchísimos-. Y todo, creo, procede de un actual concepto erróneo del tiempo: 'Sólo se vive una vez, ¿para qué ir más allá de lo que oyen los demás?, ¿por qué ir más allá de los cómplices pálpitos del disc jockey, auténtico director de marketing de los orgasmos noctámbulos, o de una emisora con política de inmersión lingüística?'. Pues, precisamente por eso: porque sólo se vive una vez y las musas nos visitan en tan pocas ocasiones...-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_