Cárcel nueva para Montesinos

El destino parece haber condenado a la misma suerte a los dos mayores criminales de la historia de Perú: permanecer tras las mismas rejas de por vida. Vladimiro Montesinos, acusado de crear la mafia que gobernó y corrompió al país durante la última década junto con el ex presidente Alberto Fujimori, se encuentra en una celda -diseñada por él mismo- en la base naval de El Callao, cerca de Lima. Tiene como vecino, entre otros, a Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, organización que causó más de 25.000 víctimas entre 1980 y 1995.

Allí también está purgando condena de cadena perpetua Víctor Polay Campos, dirigente del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), organización que tiene en su historial el haber secuestrado durante más de cuatro meses a 73 rehenes en la residencia del embajador japonés en Lima en 1997.

Montesinos se ha declarado en huelga de hambre y se niega a contestar a los interrogatorios de los jueces anticorrupción encargados de los más de 40 procesos en su contra. Se dice que no prueba alimentos desde hace ocho días y que su salud se ha deteriorado. La medida de fuerza tiene como fin convencer al Gobierno de su traslado a un penal menos severo.

Un funcionario de la Defensoría del Pueblo que visitó a Montesinos en su celda confirmó su negativa a recibir alimentos sólidos hasta que no se tome la decisión de trasladarlo a una prisión civil. Desde el jueves de la semana pasada, sólo acepta líquidos. El ex jefe de los servicios secretos argumenta que su permanencia en un recinto militar es ilegal, en tanto está siendo juzgado por el fuero civil.

Gino Costa, presidente del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), ha anunciado la posible construcción en breve de un 'minipenal de máxima seguridad para 10 ó 15 personas', al que serían trasladados Montesinos -de ser condenado- y el resto de inquilinos de la base naval de El Callao, 'que no tienen que estar definitivamente en la base naval por ser civiles'. Se trataría de la edificación de un pabellón especialmente acondicionado en una de las prisiones de máxima seguridad ya existentes, que permitiría trasladar a todos los presos de la base naval.

Entre los presidios candidatos se encuentran el de Yanamayo, en Puno (a 4.000 metros sobre el nivel del mar), y el de Castro Castro, en Lima. Según el presidente del INPE, 'ya no existen las razones de seguridad y el contexto de emergencia que llevaron a que tanto Guzmán como Polay sean recluidos en una base de la Marina de Guerra peruana'. 'La idea', añadió, 'es construir una prisión especial a la que puedan ser trasladados todos los inquilinos de la base'. 'Le tocará al Gobierno del presidente electo, Alejandro Toledo, definir la suerte de los habitantes del penal más severo de Perú', agregó Costa.