'Europa debe aprender a andar rápido antes de correr'

Éste es el hombre al que Tony Blair ha elegido para ocuparse de los asuntos europeos: un laborista nacido en Kenia, criado en Suráfrica y huido al Reino Unido en los sesenta por su oposición al apartheid. Con este perfil tan poco insular, el Gobierno británico está dispuesto a encarar la dura batalla hasta convencer a los votantes de las bondades del euro. Peter Hain, de 51 años, conversó ayer con EL PAÍS a su paso por Madrid y dejó claras dos cosas: una, que es europeísta y apuesta por el euro, y dos, que (como ha demostrado el referéndum en Irlanda, donde el no ha triunfado pese a tratarse de uno de los países más proeuropeos) la UE está muy lejos de sus ciudadanos. Frente a la Europa de las cumbres y el debate sobre la reforma, Hain sostiene: 'Europa debe aprender a andar rápido antes de correr'.

Cuando Jack Straw fue designado nuevo ministro de Asuntos Exteriores, tras las elecciones de junio, y Peter Hain su número dos, como viceministro de Asuntos Europeos, la reacción de algunos medios fue ésta: son euroescépticos, esto es un paso atrás en el camino de Blair hacia el euro. Él lo desmiente.

'Somos lo que Straw ha llamado 'europeístas pragmáticos': no somos euroescépticos, pero somos cautos respecto al euro. Queremos asegurarnos de que Europa tiene beneficios prácticos para la gente. Estamos a favor de la entrada en el euro si esto es para el bien de la economía británica', cuenta Hain. Y está seguro de que en dos años, cuando el ministro de Finanzas resuelva que el euro es bueno para la economía británica y se convoque el referéndum, triunfará el pragmatismo. 'Ganaremos, sí, creo que ganaremos el referéndum, no lo digo con arrogancia. Si la gente ve que es beneficioso para sus hipotecas, su seguridad, sus viajes, su empleo -y el Gobierno sólo lo convocará si es así-, lo ganaremos. No contemplo la posibilidad de la derrota'.

El referéndum celebrado en Irlanda en junio, en el que ganó el no al Tratado de Niza frente a la pasividad de los más proeuropeos, que se quedaron en casa, es una lección para el resto de Europa. 'No estamos explicando bien Europa a nuestros ciudadanos. Hay un vacío de comunicación. Creo que la gente es proeuropea, pero distante de los dirigentes europeos', asegura Hain. 'La gente ve la UE como algo elitista, con un lenguaje difícil para la gente, y tenemos que trabajar muy duro para reformar eso. Hay que crear una Europa de la gente, y no una Europa de las élites'.

Y es ahí precisamente donde está fallando, cree él, el actual debate sobre la reforma institucional de la UE. La opinión pública, dice Hain, está contemplando cómo los dirigentes debaten sobre sus puestos en torno a la mesa y se alejan de lo importante: la agenda económica, el pleno empleo, el fin de la pobreza y la justicia social. 'Creo que es importante que Europa aprenda a andar rápido antes de correr, y creo que la gente no entenderá si continúa el debate sobre la reforma institucional, es decir, los líderes mirándose el ombligo, mientras la economía empieza a tener dificultades'.

Finalmente, Peter Hain asegura no sentir ninguna molestia por que España o Italia estén arrebatando a Reino Unido el papel de interlocutor ante EE UU. 'Es importante que Europa y EE UU estén siempre comprometidos, y España o Reino Unido pueden estar más capacitados para ese diálogo que Francia, por ejemplo. Cuando Europa y EEUU se han separado, el mundo es inestable. El unilateralismo americano sería peligroso para el mundo. Y nosotros no tenemos derechos exclusivos sobre esas relaciones con América'.