_
_
_
_
Reportaje:

El primer sacrificio

Embarazadas de Málaga participan en un proyecto que busca el mejor método para dejar de fumar durante la gestación

El psicólogo les asegura que en tres semanas habrán dejado de fumar y ellas se miran con incredulidad. Les ha costado mucho reducir el consumo casi a una cuarta parte de lo habitual y no se creen capaces de renunciar a esos cinco o seis cigarros diarios que las separan de los no fumadores.

El sacrificio sólo tiene una razón: están embarazadas. Conscientes de que los efectos perjudiciales del tabaco en el feto, ya han andado parte del camino, pero les queda un tramo; corto, pero difícil. Las estadísticas reflejan que casi la mitad de las mujeres dejan el hábito cuando se quedan encinta. También recogen que el 75% recae tras la lactancia.

La charla forma parte de un proyecto de investigación que pretende descubrir el método más eficaz para que las embarazadas dejen de fumar. La iniciativa está coordinada por José Manuel Aranda, médico del centro de salud de El Torcal, en Málaga; y cuenta con la participación de unos 20 profesionales, entre matronas, psicólogos y facultativos.

El proyecto -primer premio de la Sociedad Española de Medicina de Familia- durará dos años. Las embarazadas se distribuirán en cuatro grupos, cada uno de los cuales seguirá un tratamiento de deshabituación tabáquica. Al final del estudio, los resultados revelarán qué método ha sido más eficaz. El objetivo es que éste sea asumido por el Servicio Andaluz de Salud dentro de los programas de embarazo. 'Es decir, que los intentos porque estas mujeres dejen de fumar no dependa del voluntarismo de cada matrona, sino que forme parte de un protocolo a seguir en la atención primaria', precisa Pedro Mateos, psicólogo de la Universidad de Málaga, y coautor del proyecto junto con Aranda.

La primera charla se celebró el miércoles pasado. De modo que el 25 de julio es la fecha que, según Mateos, las gestantes habrán dejado de fumar. Ya han firmado un contrato en el que se comprometen a apuntar cada cigarrillo que se fumen. Este documento obviamente es un compromiso moral, no jurídico. Para ir midiendo los avances, las mujeres participantes soplan por un aparatito que mide el monóxido de carbono que tienen en los pulmones. Si cumplen el pacto, a medida que pasen las semanas esos niveles irán descendiendo.

María José Solís está embarazada de cuatro meses. Es su segundo retoño. Confiesa con culpa que fuma seis o siete cigarrillos por día. Ocho, si está nerviosa. Antes de este primer sacrificio que hace por su hijo se despachaba un paquete. En su anterior embarazo dejó el hábito, pero volvió a caer.

Cuenta que entonces, para sobrellevar su propósito de dejar fumar, se propuso hacerse regalos a sí misma con el dinero que se ahorrase. Al final, no se lo gastó en ella, sino en el bebé. 'Y me alcanzó para comprarle de todo', bromea.

El gasto medio en tabaco ronda las 10.000 pesetas mensuales. La salud del bebé, el ahorro o acabar con el mal olor de la casa son algunas de las razones que estas mujeres esgrimen para hacerse fuertes en su compromiso de abandonar el tabaco, cuyas sustancias tóxicas provocan una menor llegada de oxígeno al feto y por lo tanto un físico más endeble.

Irene Zafra está de cinco meses. Antes del embarazo fumaba un paquete. Ahora se conforma con seis o siete cigarrillos. Hace tiempo dejó el hábito, pero recayó. Ahora intenta volver a poner al tabaco bajo control. El psicólogo le advierte a ella y a las demás que no será un camino de rosas, pero les recuerda que, entre otras sustancias nocivas, el cigarrillo tiene monóxido de carbono, 'lo que sueltan los tubos de escape de los coches'.

Una de las mujeres que participan el proyecto se mide el monóxido de carbono de sus pulmones.
Una de las mujeres que participan el proyecto se mide el monóxido de carbono de sus pulmones.SERGIO CAMACHO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_