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Un 67% de los españoles opinan que el terrorismo es el problema más importante

Las preocupaciones de los españoles ya no son las mismas que en 1996. El terrorismo, el desempleo y la inmigración, en este orden, son los temas más sensibles para la población en 2001. Cinco años atrás, la mayoría señalaba el desempleo y, luego, la drogadicción y el terrorismo. Dos tercios de los españoles (67%) consideran el terrorismo como uno de los problemas más importantes del país, frente al 31% en 1996.

La inmigración, que en 1996 sólo preocupaba al 2% de los ciudadanos, hoy es vista como uno de los temas más calientes por el 21%. A los que se agrega un aumento de quienes consideran el racismo y la discriminación como una de las cuestiones principales.

Son datos de la Segunda Encuesta Europea de Opinión sobre cuestiones de Población 2001, elaborada por la Federación de Planificación Familiar de España (FPFE) y el Fondo de Población de Naciones Unidas y que fue presentada ayer en Madrid. La encuesta fue realizada en febrero pasado entre una población de 1.000 personas mayores de 16 años.

Los problemas de la inmigración están calando de tal forma entre los españoles que uno de cada cinco la señala como uno de los asuntos de más relevancia en la España de hoy. Supera incluso al mal de las vacas locas,el sida y las enfermedades de transmisión sexual, la pobreza y la vivienda, y la economía. En 1996, la inmigración apenas era mencionada por un 2%. A esto se agrega un aumento del número de españoles que ven el racismo y la discriminación como uno de los principales problemas (del 6% en 1996 al 16% en 2001).

"La inmigración empezó hoy a ser un problema emergente", apuntó, durante la presentación de la encuesta, Alfonso Antona, representante de la directiva de FPFE. La "preocupación" de los españoles por la inmigración tiene una estrecha relación con el incremento del número de inmigrantes, explicó. "El español se declara solidario, no racista y no xenófobo. Pero hay quienes dicen que ser racista o no es una cuestión de cantidad. Si se tiene tres inmigrantes no será racista y será muy solidario, pero si tiene tres millones empezará a tener problemas", dijo Antona. Aun así, matizó, el español no tiene problema de tener como vecino o compañero de trabajo a un inmigrante, en contraposición con otros países europeos.

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