La globalización
Con relación al artículo La otra crítica de la globalización, del profesor de IESE Antonio Argandoña, publicado en su diario el 26 de junio, quisiera comentar lo siguiente. En primer lugar, creo que el articulista debería documentarse mejor, ya que afirma que los que estamos en contra de la globalización neoliberal nos limitamos a 'pedir barreras contra los productos de los países que tienen mano de obra barata', cuando en realidad abogamos por un comercio justo que garantice una producción con salarios dignos. También sostiene que queremos 'limitar las inversiones o los préstamos internacionales', cuando lo que estamos exigiendo es una regulación de las inversiones a través, por ejemplo, de la tasa Tobin, que frenaría las transacciones financieras de tipo especulativo y financiaría los servicios sociales. Tampoco aspiramos a 'desarrollar el Tercer Mundo a base de ayudas masivas', sino a abolir unas deudas externas impagables e inmorales. Y por último, la inmensa mayoría de las personas que nos manifestamos el domingo no nos dedicamos a 'tirar piedras a los comercios', sino a denunciar que organismos financieros como el Banco Mundial, el FMI y la OMC impongan al mundo sus 'planes de ajuste estructural' de reducción del gasto público y el consiguiente deterioro de los servicios sociales.
No nos engañemos: estas políticas están ensanchando la brecha entre ricos y pobres, y aumentando los niveles de miseria en el mundo con el único fin de desregular la economía para maximizar los beneficios de las multinacionales.
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