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Reportaje:

Vangelis y Marte agitan los mitos griegos

Polémica ante el estreno de una obra musical en el Templo de Zeus

José Andrés Rojo

Hoy, a las nueve y media de la noche, en el Templo de Zeus de Atenas, Vangelis presenta su última obra, Mythodea. No todos los griegos han visto con buenos ojos la iniciativa. Ayer, la presentación del concierto se convirtió en una sucesión de dardos envenenados dirigidos al ministro griego de Cultura, Evangelos Venizelos, que sorteó como pudo unas preguntas que expresan la indignación de ciertos sectores de este país que critican la utilización de lugares arqueológicos para espectáculos como el de Vangelis. El compositor, que no suele cobrar sus disparatados honorarios cuando toca en su lugar natal, prefirió tratar de cuestiones musicales.

Un inmenso escenario reunirá esta noche en el Templo de Zeus a la London Metropolitan Orchestra con 20 percusionistas invitados, a las 120 voces del coro de la Ópera Nacional de Grecia y a los grandes protagonistas de la cita, el compositor Vangelis con sus teclados electrónicos y las célebres sopranos Kathleen Battle y Jessye Norman. Unas imponentes pantallas recogerán imágenes del espacio, facilitadas por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, que se mezclarán con una sucesión de iconos mitológicos. Y es que los arrolladores sonidos épicos que Vangelis ha volcado en Mythodea conmemoran la aventura en la que este año lleva embarcada la NASA y con la que pretende llegar al planeta Marte.

La primera voz crítica contra el evento fue la de otro compositor griego, Mikis Theodorakis
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A la rueda de prensa asistieron además del ministro y el compositor, Kathleen Battle, Jessye Norman y el presidente de Sony Classical, Peter Gelb. Veinte cámaras grabarán el concierto a las órdenes del irlandés Declan Lowney, un director curtido en estos desafíos pues ha filmado conciertos multitudinarios de artistas como Luciano Pavarotti, José Carreras, Prince, U2 o las Spice Girls.

La primera voz crítica contra este espectáculo fue, hace unos días, la de otro compositor, Mikis Theodorakis. El argumento: la exorbitante cifra que había recibido del Ministerio de Cultura, más de 500 millones de pesetas. A partir de ahí, se desencadenaron las furias. En seguida, los arqueólogos expresaron su temor por el templo, bastante tocado ya por la permanente invasión de los turistas. El siguiente blanco volvió sobre la cuestión económica. ¿Cómo es posible que un solo concierto cueste al erario público más que festivales enteros que se organizan en Atenas, como el de Epidaurus, por ejemplo?, se le preguntó al ministro. Se criticó el precio de las entradas, entre 7.500 y 25.000 pesetas. Y hubo incluso alguien que llegó a decir que ni siquiera la NASA tenía la menor idea de las partituras de Vangelis.

Un clima agitado para una eterna polémica, que incluye en realidad muchas disputas. La que enfrenta a quienes defienden la impoluta tradición de lo clásico frente a la invasión de lo moderno a través de las nuevas tecnologías. O la que pone en cuestión la utilización de dinero público en la producción de actos culturales. Y es que hay quienes quieren conservar la memoria artística de un país en su máxima pureza y hay otros que prefieren utilizar esa memoria para proyectarla al exterior como parte de sus señas de identidad. Existe también el temor al poder de las multinacionales que tienen esa sorprendente capacidad de llegar, ver y vencer allí donde consideran que puede haber negocio.

El caso es que el ministro intentó salir del atolladero pulsando tres argumentos fundamentales. El primero, que un comité de expertos ha estudiado los posibles efectos negativos del concierto sobre el templo, y que no habrá daño alguno. El segundo, que los beneficios que va a generar Mythodea serán mayores que los gastos que ha ocasionado. Y tercero, que hay que contar también con la proyección que la cultura griega contemporánea tendrá en el exterior gracias a esta obra de Vangelis. Y es que ese es precisamente uno de los retos de la sociedad griega, salir de su mítico pasado y proyectarse al futuro. Del templo a Marte.

Preparativos para el concierto de Atenas.
Preparativos para el concierto de Atenas.REUTERS
Vangelis.
Vangelis.EPA

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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