Plan Ramón y Cajal
En los últimos días, todos los medios de comunicación se han hecho eco de declaraciones de distintos colectivos de investigadores y de responsables del Ministerio de Ciencia y Tecnología, incluida la señora ministra, en relación con el Programa Ramón y Cajal. Se acusa a las universidades de tergiversar el sentido de este programa de incorporación de investigadores. Según tales opiniones, se favorece de manera generalizada a los candidatos 'de casa', llegando incluso a negarse a tramitar las solicitudes de los candidatos no pertenecientes a la universidad receptora. Quiero aclarar que, desconociendo si esto es cierto o no en otras universidades o centros de investigación, la Universidad Complutense de Madrid, que se había comprometido a cofinanciar 75 plazas de casi 170 peticiones, ha tramitado todas menos cinco al ministerio, teniendo en consideración exclusivamente los méritos de los candidatos y nunca su procedencia (en muchos casos, de fuera de España, y, desde luego, de otras universidades y centros de investigación). Creo que los responsables del Ministerio de Ciencia y Tecnología deberían tener en cuenta el daño que hacen a la institución universitaria al generalizar conductas que la mayoría de los universitarios rechazamos. También deberían asumir su parte de culpa en un proceso confuso y con cambios continuos, que poco ha contribuido a la transparencia de los resultados (por ejemplo, porque no se mantuvo el criterio inicial de la necesidad de dos años en el extranjero para optar a las plazas y se cambió por 18 meses en cualquier institución distinta de la receptora). Espero que todos aprendamos para próximas convocatorias.