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Un 'servicio' antiguo sin normas establecidas

'La prostitución en España es alegal. No está prohibida, excepto si implica a menores, y tampoco está regulada', explica María Durán, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis. Esta entidad es partidaria de la prohibición a la sueca. 'Queremos que se persiga al usuario con sanciones penales, porque atenta contra la dignidad de los seres humanos', afirma Durán.

Hetaira, colectivo en defensa de los derechos de las prostitutas, sostiene una postura distinta. 'Pedimos que se regule la prostitución para defender los derechos de la parte más debil, que es la mujer, y dejar de criminalizarla', explica una de sus miembros, la psicóloga Cristina Garaizábal. Esta regulación comprendería las relaciones laborales y los derechos de las mujeres. Hetaira quiere que las prostitutas puedan darse de alta en la Seguridad Social o recibir pensión.

'El debate entre abolicionismo y legalizacion es falso. El primero lo sufrimos con Franco y no logró acabar con la prostitución. Sólo provoca una marginación aún mayor. La legalización, depende de cómo se aplique. Lo malo es que suele plantearse en defensa de los clientes', dice Garaizábal.

'Es un problema muy difícil. La única manera de que las mujeres explotadas pudieran quedarse con todo lo que ganan sería acotar una zona para que ejercieran. Pero nadie quiere tener una cosa así en su barrio', dice Rocío Nieto, directora de la Asociación para la Prevención y Reinserción de la Mujer Prostituida. 'Por otro lado, la prohibición como en Suecia, supone una coacción. Se persigue también a la mujer', añade.

'Uf, es un tema dificilísimo, muy comprometido', dice la directora del Instituto de la Mujer, Pilar Dávila. 'Lo primero es dar salidas integradoras a las mujeres para que puedan abandonar la prostitución, si lo desean, y tener un trabajo digno. También hay que luchar contra las redes', dice. 'Cuando se consiguiera todo eso, sería el momento de debatir si la sociedad pide, o no, la legalización. Creo que la prohibición no se la plantea nadie porque es uno de los 'servicios' más antiguos. Pero hay que lograr que no sea forzado'.

'La prioridad es mejorar los derechos humanos de las prostitutas. No tenemos claro si la legalización o la abolición favorecerían sus condiciones de vida', concluye la presidenta de honor de Médicos del Mundo, Pilar Estébanez.

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