Un vacío cubierto

Menudo, reflexivo y discreto, santiaguero afincado en Guanabacoa, el poeta José Pérez Olivares desembarcó en España gracias al Premio Jaime Gil de Biedma que recibió su libro Examen del guerrero. A este galardón, acogido de manos de Luis Rosales, siguieron el Rafael Alberti y, más recientemente, el Renacimiento. Una trayectoria que contrasta con el hecho de que Pérez Olivares, que también es pintor, sea escasamente reconocido en su país, Cuba, pero que él asume 'con alegría y gratitud'. 'Algo hispánico debe de haber en mi poesía para que repercuta así en este lado del Atlántico', afirma.

Enamorado de la cultura española, que es la de sus ancestros -su bisabuelo andaluz combatió a las órdenes del prócer independentista José Maceo-, José Pérez Olivares combinaba la lectura de los grandes poetas de su país con autores de la otra orilla, especialmente los de la Generación del 27. 'Leí con mucha fruición una vieja edición cubana de La realidad y el deseo, de Cernuda. Luego vino Romancero gitano, de Lorca y Sobre los ángeles, el libro esencial de Alberti', recuerda.

Pero no fue hasta su segunda visita a España, en 1996, cuando se propuso indagar más a fondo en la realidad poética del país. 'Poetas de distintas promociones, desde Antonio Colinas a Francisco Brines, me fueron dando paso a un abanico más amplio', explica Pérez Olivares. A raíz de su amistad con el editor sevillano Abelardo Linares, el cubano fue desarrollando la idea de conformar una antología que estimaba necesaria. 'Una de las cosas que más me incomodaba era la escasez de información que había en Cuba desde los años sesenta en adelante. Sólo en el año 1968 se publicó en La Habana una antología de época, la de Batlló, que aquí fue censurada por el franquismo. Desde entonces existía un vacío que abarcaba las tres últimas décadas del siglo', explica.

En apenas tres años, Pérez Olivares se vio obligado a realizar una compilación para ofrecer un panorama general, asumiendo 'todas las posibles imperfecciones y ausencias'. El resultado lleva por título El hacha y la rosa y fue presentado en la última Feria del Libro de La Habana. En palabras de su autor, el libro tiene en cuenta 'el gusto del lector latinoamericano y su capacidad de asimilación de patrones estéticos'. Entre los españoles incluidos en este volumen figuran, entre otros, Pere Gimferrer, Jon Juaristi, Andrés Trapiello, y andaluces como Felipe Benítez Reyes, Luis García Montero, José Julio Cabanillas y Vicente Tortajada. Aunque las realidades sociales y económicas de España y Cuba comprendan diferencias notables, los poetas de ambas latitudes están más cerca de lo que pudiera parecer.

Entre los próximos proyectos de José Pérez Olivares, y siempre con la colaboración de Abelardo Linares, figura una antología de poesía andaluza, motivo por el cual se halla actualmente en Cádiz. 'Aquí he encontrado una importante cantidad de autores con los que he establecido relaciones cordiales', explica.

El santiaguero estudia también la posibilidad de recopilar y analizar la producción del cordobés Pablo García Baena, sobre la que la editorial cubana Arte y Literatura ha mostrado un gran interés. 'Lo cierto es que la poesía andaluza ofrece un referente esencial dentro de la poesía en lengua castellana del siglo XX que se remonta a Bécquer y termina con una abundante representación de buenos autores contemporáneos', concluye.