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Columna
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Emoticonos

Yo fui purista (idiomática, quiero decir). Odiaba los neologismos. Fui purista idiomática en la adolescencia, único periodo de la vida en el que es coherente ser purista. Ahora, que ya no soy purista, me asombro de los puristas. De los convencidos, de los puristas profesionales. Suelen ser academicistas en el más amplio sentido, en el más amplio espectro: desde el profesor de instituto, esforzado y opositor, al académico regio, esplendoroso y pulidor, pasando por los departamentos universitarios y por ciertos próceres de las letras. En fin. Lo que me asombra de estos puristas no es el purismo en sí, sino el hecho de que puedan seguir siendo puristas a su edad, que suele ser madura. Sólo se puede ser purista en la adolescencia, porque es el único periodo de la vida en el que se puede tener fe ciega en la pureza; en el que, a consecuencia de tantas incertidumbres, puede defenderse una sola verdad inamovible. La vida enseña después que la única pureza es la espléndida incertidumbre.

Ahora, los puristas idiomáticos deben de estar pasándolo fatal (peor que nunca, quiero decir), porque los puristas, además, siempre piensan que las desgracias van en aumento y sienten gran añoranza por lo que suelen llamar 'sus tiempos'. A trancas y barrancas han tenido que ir aceptando, incorporando, usando y registrando todos aquellos detestables neologismos de mi adolescencia (y los de antes, y los de antes...). Pero lo de ahora debe de resultarles una auténtica pesadilla: el lenguaje SMS para teléfonos móviles, formado por emoticonos (dos puntos, guión, paréntesis...) y palabras o frases abreviadas. Claro que muchos puristas ni siquiera tienen aún teléfono móvil. Se niegan, entre soberbios y culpabilizados, entre numantinos y desorientados. He conocido algunos, aunque yo no sea de ésos. Claro que tampoco soy ya purista. Necesito mi teléfono móvil y practico a diario la comunicación por mensajes de texto: disfruto de su concisión, de su síntesis, de su imaginación, de su inmediatez, de la posibilidad cotidiana de decir esas cosas que se dicen mejor por escrito. Y, dadas las limitaciones técnicas del canal wap, empiezo a practicar el lenguaje SMS. Y eso que soy de las que siempre creyeron en el valor inefable de lo innecesario, como la u de te quiero o la hache de mi propio nombre. Pero quizá tenga que revisar esta vieja creencia mía: ya abrevio y he enviado algún que otro emoticono.

De hecho, se presentó el otro día en el Círculo de Bellas Artes el Diccionario del Castellano Actual SMS. Lo extraño es que allí no hubiera académicos de espectro alguno y sí, por ejemplo, dos toreros. Pero yo no voy a entrar a matar. A lo que iba: el domingo pasado, entre una de esas múltiples cosas fastidiosas que se caen los domingos del periódico si no las has tirado antes, apareció una publicidad, en formato de pequeño acordeón, del mencionado diccionario, que recogía una pequeña muestra de emoticonos y palabras o frases abreviadas. Me sorprendió. Porque, entre emoticonos de uso o significado habitual (aburrido, borracho, feliz, triste, un beso, uh ¡qué nochecita!, tener resaca), aparecían algunos otros bastante absurdos: Cyrano de Bergerac, gemelos siameses, Don King, fumar en pipa, llevar turbante, el Papa, boca cerrada.

Fue curioso, la verdad, imaginar en qué tipo de conversación telefónica wap podría uno usar esas entradas (más bien salidas) de este Diccionario del Castellano Actual. Barajé varias hipótesis: a Cyrano lo habían metido para darle al lenguaje SMS un aire cultista; a los 'gemelos siameses', por si acaso te pasa y se lo tienes que contar a alguien en un momento; a Don King, ni idea (aunque un amigo, alias Diccionario Enciclopédico Universal, me contó que es un entrenador de boxeo, o algo así); lo de 'fumar en pipa', para ser invitado a degustaciones porreras especializadas; lo de 'llevar turbante', para avisos de captura entre policías del Estrecho; lo del Papa, para resumir el júbilo por algún óbito y enviar un mensaje múltiple a toda tu agenda electrónica (porque si no tú me dirás); lo de 'boca cerrada' para dar un consejo rápido: sin embargo, no venía 'moscas'. Concluí que el castellano actual SMS adapta el significado, el mensaje, al significante, el emoticono.

La impura realidad.

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