'Los cafés de Bilbao han dado muchas anécdotas divertidas'

El tercer 'y último' tomo de Cafés parlantes de Bilbao lleva el expresivo subtítulo De lo que nunca se dijo y había que decir. Ése es el motivo de la publicación de esta tercera entrega, según aseguró ayer su autor, el periodista Carlos Bacigalupe, en la presentación del volumen, editado como los anteriores por Café Baqué.

Pregunta. ¿Qué se van a encontrar los lectores en este nuevo libro sobre los cafés bilbaínos?

Respuesta. Es una historia de Bilbao a través de sus cafés. Aquí aparecen muchas anécdotas divertidas. Hubo una época en la que era obligatorio colgar el retrato de Franco en los cafés, pero lo rodeaban de chorizos, jamones y latas y hubo tal desmadre que el propio Gobierno dijo que ya no lo pusieran. También hay cosas más locales, como cuál fue el primer café de Bilbao con televisión (el bar Deusto, en la calle Hernani) o el café gracias al cual el Athletic consiguió su primer uniforme, el café García, que antes se vestían con lo que pillaban.

P. ¿Qué sería de Bilbao sin la existencia de sus cafés?

R. ¡Qué sería de cualquier ciudad del mundo sin sus cafés! En las casas del siglo XIX no había condiciones de habitabilidad, hacía frío, no podías llevar a los amigos... Entonces se iba a los cafés a reunirse, a sentir calor.

P. ¿Cuándo se incorporaron las mujeres a estos locales?

R. Allá por 1910, iban con la familia porque había orquestina. Pero en plan tertulia, con las amigas, más bien tarde.

P. ¿Qué tiene que envidiar España a los cafés europeos?

R. El café llega a Europa a través de Turquía cuando el Imperio Austro-húngaro y ellos nos llevan cierta ventaja. Pero en España hay locales bellísimos. En Bilbao, por ejemplo, tenemos el Iruña, uno de los tres mejores de Europa, dicho por un inglés en la guía Creme de los cafés europeos.