Insumisión musical
La izquierda catalana y en Catalunya ha tenido, incluso en tiempos nada fáciles, la buena y alegre costumbre de finalizar sus reuniones y manifestaciones públicas cantando La Internacional y Els Segadors. Si no me descuento, yo habré entonado este último canto unas 12.025 veces. Incluso más: como el taxista de la aconsejable La ciudad está tranquila, solía cantársela a mis compañeros de trabajo en un portugués apañado, en un correcto alemán y casi en un sánscrito creativo. Pero tal como están las cosas y teniendo en cuenta que el muy honorable presidente Pujol apenas ha gastado un minuto de su tiempo en discutir con la consejera de Educación del Gobierno catalán la introducción en las clases de música del canto referenciado, yo, que llevo a mi hijo a una escuela pública, laica y no doctrinal, voy a intentar que no pierda un nanosegundo de su tiempo escolar con tal adoctrinamiento nacionalista-musical y que lo aprenda, si quiere, más tarde, y lo cante cuando le apetezca. Como la enseñanza básica es obligatoria, me temo que voy a convertir a mi hijo de nueve años en el insumiso musical más joven del país.-
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