'El alcalde ha hecho del Pasillo Verde una autopista'

El llamado Pasillo Verde, una de las zonas residenciales más apacibles del centro de Madrid, vive inmerso en el caos circulatorio como consecuencia de los desvíos de tráfico realizados por el Ayuntamiento para construir el túnel de Santa María de la Cabeza (Arganzuela). Una situación que se prolongará hasta que concluyan las obras, dentro de 17 meses.

Ramón Muñoz, vecino de la calle del Labrador, ha visto cómo esa vía, transitada por una media 'de 200 coches al día', recibe ahora más de 5.000 vehículos. 'La situación es peor en la calle de Cáceres. El tráfico en dirección al paseo de las Delicias se ha desviado por esa vía y reciben casi los 50.000 coches que pasaban antes de las obras por Santa María de la Cabeza', explica Ramón. 'El Ayuntamiento vendió el Pasillo Verde como una zona tranquila y ahora el alcalde lo ha convertido en una autopista', se lamenta este vecino.

El concejal de Tráfico, Sigfrido Herráez, tuvo que tranquilizar ayer a los vecinos de la calle del Doctor Vallejo Nájera. Esa vía peatonal, por la que discurre uno de los pocos carril-bici que hay en Madrid, se ha reconvertido para desviar por ella parte del tráfico. Herraéz garantizó que la calle volverá a ser peatonal cuando concluyan los trabajos. Pero la situación se complicará aún más a partir del 26 de junio, cuando se empiece a desmontar el ramal norte y se corte definitivamente al tráfico rodado por el paso elevado. Fuentes municipales afirmaron ayer que las obras se han programado durante el verano con el fin de evitar molestias a los vecinos.

Pero en octubre próximo está previsto que comiencen las obras para el nuevo túnel de María de Molina. Los problemas de tráfico afectarán entonces a los dos ejes de la ciudad: la conexión norte-sur y la este-oeste. Sin olvidar la remodelación de la Gran Vía, que está provocando grandes atascos en el corazón de la capital.