El túnel de Santa María de la Cabeza llegará hasta el enlace con la M-30

El túnel que el Ayuntamiento va a construir en la glorieta de Santa María de la Cabeza (Arganzuela), en sustitución del paso elevado que ahora existe, será más largo de lo previsto. La Concejalía de Obras quiere prolongar el subterráneo 100 metros para situar la boca sur pasado el paseo de la Esperanza, justo antes del puente de Praga y los enlaces con la M-30. Los técnicos municipales están ultimando los estudios de tráfico y el reajuste económico necesario para dar luz verde a la propuesta, según reconocieron ayer fuentes del Ayuntamiento.

La modificación del proyecto, antes incluso de que se inicien las obras, ha sido planteada por los vecinos de la zona y la junta del distrito de Arganzuela, presidida por la concejal popular Eva Durán, por temor a que la salida prevista en el proyecto original, a la altura de la calle Peñuelas, aumentara el riesgo de atropellos.

Tal y como está diseñado actualmente el túnel, que tendrá circulación sólo en dirección salida, puede plantear problemas de seguridad vial, ya que nada más aflorar a la superficie los coches se encontrarían el semáforo que regula el paso de peatones a la altura del paseo de la Esperanza.El proyecto cuenta también con el visto bueno de IU, a pesar de que esta formación votó en contra del túnel cuando se adjudicaron las obras, por 3.100 millones de pesetas, en el pleno municipal.

Anoche comenzaron los trabajos para desmontar el gigantesco paso elevado en forma de Y que fue inaugurado hace 30 años, aunque uno de sus ramales se seguirá utilizando. Una enorme grúa de 180 toneladas levantó las primeras piezas, con un peso de 20 toneladas cada una. Ya el pasado día 4 se empezó a desviar el tráfico por las calles de Cáceres, en dirección entrada, y del Labrador, para salir hacia la M-30. Pese a que el Ayuntamiento ha comenzado los trabajos lo más cerca posible de los meses de verano para aprovechar el descenso del tráfico, los desvíos provocaron ayer atascos en la vía de circunvalación.

El tráfico se complicará a partir del 26 de junio, cuando se corte totalmente por el scalextric. En octubre, las obras de Santa María de la Cabeza, que durarán 17 meses, coincidirán con el inicio de la construcción del nuevo túnel de María de Molina, y aún no habrán acabado las obras de la Gran Vía, de modo que tres de los principales ejes de la ciudad se verán muy afectados.

Concluido el desmontaje, en septiembre próximo, se iniciará la construcción del túnel, que tendrá la boca de entrada a 100 metros de la glorieta de Atocha, junto a la intersección del paso de Santa María de la Cabeza con las calles del Marqués de Valdivia y de Murcia. Con una longitud inicial de 910 metros, dispondrá de dos carriles de tres metros y medio de ancho cada uno.

El Ayuntamiento prevé que utilicen el túnel un número de vehículos similar al de los que circulan por el paso elevado -50.000 al día- para llegar a los distritos del sur de la ciudad o a los municipios situados en la carretera de Toledo. Además de esos coches, desde el paseo de la Esperanza hay otro flujo de tráfico que enlaza con Santa María de la Cabeza para dirigirse por esa calle, hacia la derecha, en direción al puente de Praga y el paseo de la Chopera. Los automóviles acceden también desde ese punto en sentido inverso, para subir en dirección al paseo de las Delicias. 'La salida del túnel en medio de la calle puede generar atropellos y es mejor llevarlo hasta el final, junto a la M-30', explicaba ayer un portavoz de IU en el distrito.

Los 910 metros de largo que tiene el paso inferior en el proyecto inicial se convertirán en un kilómetro con la prolongación que tiene prevista el área de Obras. El túnel discurrirá durante 70 metros entre muros, durante 121 metros entre pantallas a cielo abierto, otros 364 metros irán entre pantallas bajo losa y, por último, 355 metros discurrirán totalmente bajo tierra.

Eje fundamental

Eugenio Morales, portavoz socialista en asuntos de tráfico, tachó ayer de 'innecesaria' la prolongación del túnel. 'Santa María de la Cabeza es fundamental en el eje norte-sur de la ciudad, pero ya hasta el PP se ha dado cuenta de que es una barbaridad el número de coches que atraviesa el paseo del Prado. Si se limita el tráfico en esa calle, no tiene sentido que se gasten más de 3.000 millones en un túnel, y mucho menos hacerlo más largo. Lo que pasa es que nadie quiere tener la salida junto a su casa', opinó Morales.

Mientras llega el túnel, los vecinos se arremolinaban anoche para ver desaparecer el primer tramo del paso elevado, responsable de que Santa María de la Cabeza registre los niveles más altos de ruido en la capital. Para desmontarlo ha sido necesaria la instalación de una estructura metálica que sustente el puente. Anoche desapareció el primer tramo, de 40 metros de largo. Los próximos días se desmontarán los tableros situados entre pilares. Cada pieza mide 10 metros de longitud por 2,4 de anchura y tiene un peso aproximado de 60 toneladas. Para retirar las vigas harán falta grúas de hasta 300 toneladas, ya que alguna de ellas pesa casi 100 toneladas.