El Barça desfonda al Madrid
En un partido de cariz netamente defensivo, Gasol y Dueñas se encargaron de minar a los blancos
Hay gestos que marcan un partido. El de ayer no tardó ni un minuto en llegar. Como si de un partido de voleibol se tratase, Pau Gasol activó sus resortes, se elevó por los aires y, a dos manos, frustró la primera ofensiva del Madrid, conducida por Eric Struelens. Con su inmediato gesto, a medio camino entre la euforia y la rabia, el alero del Barça avisó de cómo las iba a gastar durante todo el encuentro. No fue un simple aviso. La amenaza se cumplió. Con Gasol en la cancha, el Barça no falló. Ajeno a las miradas y a la presión, la joya azulgrana limitó su protagonismo en ataque para brillar en defensa. Se erigió en el amo de la zona y en el rey del tapón. Ni siquiera en el suspiro final, con el ánimo caldeado, se alteró. A la frustrada provocación de Lucio Angulo, Gasol respondió redondeando su cuenta con dos tiros libres. Conclusión: el Barça colocó la primera victoria en su marcador (81-73).
F.C. BARCELONA 81| REAL MADRID 73
Barcelona: Jasikevicius (13 ), De la Fuente (10), Karnisovas (15), Gasol (12), Dueñas (6) -cinco inicial-; Rodríguez (3), Hawkins (6), Digbeu (3), Rentzias (10), Elson (3) y Navarro. Madrid: Djordjevic (10), Herreros (15), L. Angulo (6), Struelens (4), Meek (8) -cinco inicial-; A. Angulo (6), López (8), Iturbe (5), Zidek (2) y Milic (9). Árbritros: Amorós, Ramos y Llamazares. Palau Blaugrana. Unos 8.000 espectadores. Primer partido de la final de la Liga al mejor de cinco. Previamente, hubo una falta de fluido eléctrico que hizo peligrar la celebración del encuentro. El segundo partido se disputará mañana (Palau, 21.30h.)
El azulgrana fue, no obstante, un triunfo trabajado, curtido en un laborioso trabajo de defensa y en un desgaste progresivo, físico y moral. Y es que el Madrid no desestimó el reto, se mantuvo firme y aguantó el pulso hasta el final. Había comenzado con un mal presagio, pero no se arrugó. Sasha Djordjevic, el hombre llamado a marcar el camino de los hombres de Sergio Scariolo, desde el inicio dio muestras de que, como viene sucediendo en todo el play off, no estaba en su nivel óptimo. En los tres primeros minutos, el base serbio ya había desperdiciado los dos primeros ataques madridistas Las pérdidas fueron una tónica constante en el Madrid. Aunque mejoró luego su actuación, Djordjevic no tuvo el protagonismo que de él se espera. Lucio Angulo, sin demasiado éxito, y Raúl López intentaron suplir al serbio.
Pero el encuentro no tuvo tregua. Fue uno de aquellos partidos en los que apenas existe tiempo para el respiro. Cuando el Barça se adormilaba, se despertaba con el Madrid soplándole en el cogote. Si lo hacía el equipo de Scariolo, los azulgrana aprovechaban para abrir cierta brecha en el marcador. No había margen para el error. Y si el Barça encajaba un parcial de 0-6, no se daba ni un minuto para responder con otro de 9-0. Así transcurrió toda la primera parte, con el Barça monopolizando el marcador y el Madrid a rebufo, marcándole de cerca.
Mientras el Barça pudo contar con Gasol y Dueñas en la cancha, el dominio del equipo de Aíto García Reneses no peligró. Sin noticias de Struelens ni de Meek, los gigantes del Barça se encargaron de barrer cuanto balón caía tanto en zona propia como ajena, y de asegurar una tranquilizadora ventaja en el marcador. Sin embargo, ni la mediocridad de Djordjevic, ni el apagamiento de Herreros, ni la ausencia de Alberto Angulo apartaron al Madrid del encuentro. En la media parte, el marcador señalaba una mínima diferencia: 36-32.
En el descanso, el Barça encontró la fórmula para abrir brecha. Al despiste inicial -se pasó tres minutos sin anotar- y a la zona madridista, respondió Karnisovas con su despertar. El alero lituano, que se había mantenido inédito en los dos primeros cuartos, encadenó una serie de tres en triples que colocó al Barça con su máxima ventaja hasta entonces: 46-36, a cinco minutos de la conclusión del tercer cuarto. Con una vuelta de tuerca en la defensa y pese a la ausencia de Dueñas -cometió su cuarta falta cuando quedaban cinco minutos para el final del tercer cuarto-, el conjunto de Aíto incrementó la renta. Con el 60-49 antes de comenzar el último cuarto, el primer partido de la serie parecía teñido de claro color azulgrana.
Reapareció entonces Herreros y, de su mano, el Madrid se negó a tirar la toalla en el último cuarto. Un triple suyo colocó al Madrid a siete cuando se encaraba la recta final. Pero si alguien pensaba que al equipo de Scariolo le quedaba aún un resquicio, fue un espejismo. Al Barça le bastó dar un acelerón final y, en un correcalles constante, llevarse el encuentro. Ni siquiera el conato de trifulca inmutó a los azulgrana. Era demasiado tarde. En un claro gesto de frustración, Lucio Angulo descargó su ira en Pau Gasol. Con un fuerte manotazo, el alero madridista pretendió abortar una contra del azulgrana, que había capturado un rebote a tiro del propio Angulo. Gasol amagó con responder a la provocación, pero sus compañeros lo frenaron. La trifulca acabó con Angulo en el banco - era, de hecho, su quinta falta - y con Gasol en la línea de tiros libres fijando el marcador final: 81-73. Con un gesto suyo había comenzado el encuentro y con otro, de serenidad y sosiego, acabó.
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