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Telefónica reclama al Gobierno menos intervencionismo en sus negocios

La operadora cae un 3,16% en Bolsa tras ratificar su presencia en medios

Antes de que interviniera Alierta, su consejero delegado, Fernando Abril-Martorell, llamó la atención sobre 'el papel crítico que desempeña el regulador' en los negocios de Telefónica. Abril-Martorell destacó que el antiguo monopolio ha perdido un 40% de mercado en algunas áreas geográficas 'a pesar de la reducción de tarifas y de los descuentos realizados', lo que le llevó a decir que 'parece llegado el momento de que el regulador centre su ámbito de actuación en aquellos servicios donde Telefónica mantiene obligaciones de servicio público, evitando caer en intervencionismos en nuevos negocios'.

El consejero delegado reclamó a los reguladores 'que centren sus esfuerzos en crear un marco estable que incentive la inversión, promueva y anticipe el desarrollo de la sociedad de la información y se limite a la mediación y resolución de conflictos más que a la intervención directa'. En la actualidad, Telefónica mantiene con el Gobierno dos contenciosos de enorme incidencia sobre sus actividades: los relativos a la financiación de los servicios público universal (garantizado a todos los ciudadanos a precios asequibles) y la tasa por el uso de espacio radioeléctrico para prestar telefonía móvil.

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Alierta señaló que 'los procesos más importantes para el futuro' de la empresa son: la apertura de la red de telefonía local en España para que pueda ser utilizada por la competencia, la optimización de las inversiones en telefonía móvil de tercera generación (UMTS) en Alemania (Telefónica ha invertido 1,99 billones de pesetas en la obtención de licencias para explotar esta tecnología en Europa) y Brasil.

En su primer discurso ante la junta desde que asumió el cargo en julio de 2000, Alierta destacó la importancia del negocio en América Latina -sólo el crecimiento esperado para los próximos cinco años en la región equivale al volumen de negocio actual en España-, que 'el proceso de consolidación del sector no ha hecho más que empezar' y que las compañías productoras de contenidos de Telefónica Media -Endemol, creadora de Gran Hermano- y Terra Lycos 'jugarán un papel central en la estrategia de convergencia de Telefónica'. Esa apuesta mediática hizo perder ayer a Telefónica un 3,16% de su valor en Bolsa.

La junta aprobó las cuentas de la compañía en 2000, con un beneficio de 416.796 millones de pesetas, y tres ampliaciones de capital para financiar la compra de las filiales en México de Motorola, que tendrá temporalmente un 3,7% de Telefónica; para establecer un sistema de retribuciones para los empleados de Endemol y para retribuir a los accionistas con una acción gratis por cada uno de los 50 títulos de los que son propietarios.

La asamblea se celebró en una sola sala, aunque un pequeño foso adornado con plantas separaba a los accionistas mayoritarios y directivos -convocados una hora y media antes- de los minoritarios en previsión de que se repitieran las protestas de juntas anteriores.

Asistencia bajo mínimos No fue así, aunque seguramente el temor a incidentes, la exigencia de un mínimo de 300 acciones para acceder a la junta y el hecho de que el tradicional regalo -un chubasquero, este año- haya dejado de repartirse a la entrada provocaron una muy escasa asistencia. La dirección había pactado con los sindicatos, y los trabajadores de Sintel atendieron a los discursos con algún abucheo. En el turno de intervenciones, el presidente del comité de Sintel, la antigua filial de Telefónica en quiebra, reclamó durante unos 20 minutos soluciones a la situación de 1.500 trabajadores. Le siguieron otros y cuando llegó el turno de respuestas del presidente, un grupo del sindicato de Telefónica AST prorrumpió en gritos. Se sumaron los manifestantes de Sintel y fue casi imposible escuchar las respuestas a otros accionistas. Las protestas sólo cesaron cuando Alierta dijo: 'Si quieren escuchar la respuesta...'. Dijo que Telefónica asumirá la responsabilidad que se derive de las investigaciones judiciales sobre la venta de Sintel.

Trabajadores de Sintel protestan en el turno de respuestas del presidente de Telefónica ayer en la junta.
Trabajadores de Sintel protestan en el turno de respuestas del presidente de Telefónica ayer en la junta.G. LEJARCEGI

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