Provocación y disparidad de soportes marcan la obra de los artistas sevillanos menores de 30 años

Desde los hermanos MP & MP Rosado Garcés, que ocuparon un proyect room en la última edición de la feria de Arco de Madrid y acaban de terminar un trabajo de investigación en Nueva York, hasta José Miguel Pereñíguez, que acabó Bellas Artes el año pasado y para quien éste es, prácticamente, su debú, la exposición es casi como un muestreo artístico de lo más novedoso de Sevilla.

Los 15 artistas que ha seleccionado el comisario, el pintor Juan Lacomba, comparten un sentimiento desacralizador de la figuración. La muestra, patrocinada por la Obra Social Caja Madrid, forma parte de un ciclo, coordinado por José Marín-Medina, que supone una revisión de lo que se está haciendo en España en torno a la figuración. El proyecto incluye seis muestras y se ha realizado ya en Valencia, Cantabria, Madrid y Barcelona.

Figuraciones de Sevilla. Horizontes 2000, que permanecerá en la sala Santa Inés de Sevilla hasta el 15 de julio, se ha mostrado el pasado mes de mayo en Madrid. 'El conjunto es lo más emergente dentro del arte contemporáneo que se produce en la ciudad. Además de reflejar lo que se produce actualmente, la exposición en sí misma está produciendo ya resultados. Lo más interesante son las interferencias que, en un futuro próximo, podrán observarse entre la obra de los distintos artistas', comentó ayer Juan Lacomba.

José Miguel Pereñíguez, sevillano de 23 años, cuelga dos obras realizadas con rotulador plateado sobre cartón, en las que presenta la disección de un tejido imaginario. 'Son como vanitas, arquitecturas en estado de putrefacción. He intentado hacer algo parecido a la escritura automática, pero con la pintura', explica el artista.

Lo escatológico aparece también en las fotografías manipuladas de Juan del Junco, jerezano de 29 años y uno de los miembros de la Richard Channin Foundation, que utiliza el poliuretano para crear un 'efecto hooligan'.

'Es una forma de llevar al arte las gamberradas que te encuentras en la calle, como los carteles publicitarios a los que la gente les pinta un diente picado. A mi me interesa lo social, pero lo que ocurre a mi alrededor, lo cotidiano', comenta Del Junco.

Rubén Gerrero, sevillano de 25 años, no quiere tener nada que ver con la ternura y, en su primera exposición, llena sus lienzos de telarañas. 'Es una metáfora del desequilibrio, me gustan las formas molestas', explica.

La muestra reúne obras tan dispares como Dos pelotas, un lienzo de gran formato de Miki Leal en el que se mezclan bolígrafo y óleo; las pinturas en blanco y negro de Fer Clemente; las fotografías de Aitor Lara, Alfonso Cintado y Jesús Palomino; y los óleos de Ramón David Morales y Cristóbal Quintero.