Aeropuerto de Málaga
¿Es ilegítimo que un ciudadano aspire a lo mejor para sí y para el entorno social en el que se mueve, aquel del que depende de forma más inmediata su bienestar, el de su familia y amigos? Ultimamente, cualquier reclamación o denuncia relativa a aparentes comportamientos discriminatorios se salda con la acusación de 'localismo provinciano' u otros términos parecidos, cuando lo que realmente es necesario para que la sociedad andaluza se asiente sobre unas bases que permitan una convivencia sana y pacífica es información objetiva y trasparencia en nuestros gestores públicos.
Lo contrario, lo que nos asegura para el futuro son unas relaciones cada vez más envenenadas entre las gentes de esta tierra. A partir de esto, me gustaría que me explicaran, entre otras cosas, los motivos por los que se pretende reducir al mínimo las funciones de la torre de control del Aeropuerto de Málaga, trasladándolas a la de Sevilla, cuando la mayor parte del tráfico aéreo de la comunidad y una buena parte del nacional lo genera el primero.
Honestamente, seguiré pensando que el centralismo se da cuando las infraestructuras, los servicios o el gasto corriente se concentran en ciertos puntos geográficos sin otros motivos que el considerarlos el centro, así, porque sí. Este planteamiento está superado, por injusto y antidemocrático; cada vez más ciudadanos están concienciados y no están dispuestos a pasar por él, exigiendo a sus representantes que velen eficazmente por sus intereses. Insistir en esta caduca forma de organización política es ilegitimo y peligroso.
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