El hachís desaparecido revela el deficiente control de las drogas incautadas
La perplejidad embarga desde hace una semana a muchos estamentos civiles y políticos de la sociedad navarra tras conocerse la desaparición, en oscuras circunstancias, de 225 kilos de hachís que eran custodiados en dependencias oficiales de la denominada Aduana de Imárcoain, un edificio situado a escasos kilómetros de Pamplona, junto a la autopista A-15.
En este edificio, la Delegación del Gobierno central en Navarra comparte oficinas con otros organismos oficiales dedicados al control del tráfico internacional de mercancías por carretera.
El robo del hachís ha puesto al descubierto el sorprendente estado en el que se custodian toneladas de drogas incautadas desde hace más de una década y de las que, para sorpresa de muchos, se carece en ocasiones de inventarios fiables o pormenorizados.
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