Más de 25.000 'moteros' se manifiestan para pedir que se cambien los quitamiedos

'Éxito rotundo'. Así calificaron los organizadores la manifestación de moteros celebrada ayer para que se cambien los quitamiedos de las carreteras. Más de 25.000 vehículos de dos ruedas procedentes de toda España recorrieron los madrileños paseos del Prado y de la Castellana hasta terminar frente al Ministerio de Fomento. Allí pidieron a su titular, Francisco Álvarez-Cascos, que elimine 'los cuchillos' en que se convierten estas barreras para los motoristas.

La entidad convocante de la manifestación era la Peña 3.14 de Fuenlabrada (fundada hace dos años y que cuenta con 280 socios). Uno de sus miembros, Javier Cañadas, de 26 años, murió desangrado el 25 de marzo pasado cuando sufrió un accidente en una curva de la carretera M-506, entre Móstoles y Fuenlabrada. En el choque se golpeó con uno de los postes que sujetan el guardacarril: éste le amputó la pierna izquierda y la consiguiente hemorragia le causó la muerte.

Los manifestantes marcharon durante media hora desde la glorieta de Atocha hasta la entrada de Nuevos Ministerios. La gran afluencia de vehículos hizo que no se dejaran de ver motos en esos 30 minutos.

Los motoristas pidieron que se eliminen 'cuanto antes' las barras metálicas en forma de I que sujetan los quitamiedos, y recordaron que existen ya diversas fórmulas para que los accidentados no sufran amputaciones. Para ello, aconsejaron columnas en forma de U o de C, ya presentes en algunas carreteras. También defendieron que se forren con corcho blanco estas columnas para que no se conviertan 'en mortales cuchillos' para motoristas, ciclistas e incluso peatones. En su opinión, con circular sólo a 20 kilómetros por hora es suficiente para que un choque contra estas columnas se convierta en mortal.

'Otra fórmula que ya se está haciendo consiste en poner una segunda protección horizontal. Esto sólo supondría un aumento del 20% en el precio final del quitamiedos', explicó ayer Andrés Pérez Rubio, ex campeón de España de 500 centímetros cúbicos, que se amputó los dos antebrazos en un accidente en la carretera de Burgos (N-I) en diciembre de 1993. Tras ser sometido a una complicada operación, los médicos pudieron reimplantarle ambos miembros. Pérez Rubio fue el encargado de leer el comunicado de la organización: 'Vivimos en el filo de la navaja, de esas navajas que sujetan los guardacarriles. Su peligrosidad hace años que se ha reconocido, pero los medios que se ponen para eliminarlos son insuficientes'. Durante el acto hubo un recuerdo emocionado para los motoristas muertos en carretera por los guardacarriles. El final de la protesta consistió en un minuto de silencio en el que los participantes se tumbaron en el suelo como si fueran las víctimas de estas protecciones. 'Esperábamos una gran respuesta, pero nunca nos imaginamos este éxito. Nos han apoyado todos los moto-clubes de España y dos revistas especializadas [Sólo moto y Motociclismo]', señaló el presidente de la Peña 3.14, Andrés Vázquez.

En la manifestación también estuvo Pedro Fuster, un motorista que se amputó el brazo derecho en marzo de 2000 al caerse en una curva cerrada, en la entrada de la urbanización Los Arroyos de El Escorial. Estuvo arropado en el escenario por Pablo, Gelete y Fonsi Nieto, hijos y sobrino, respectivamente, del campeón del mundo de motociclismo Ángel Nieto. 'Somos muchos y conseguiremos que se quiten esas protecciones', señalaron los tres.

Los motoristas reclamaron campañas para difundir las ventajas de las motos y un mayor respeto a sus conductores, además de que se limpien las carreteras de arena, grava y aceites que causan 'constantes caídas'. El eurodiputado del Partido Andalucista Carlos Bautista también pidió a las autoridades la supresión de las pinturas deslizantes que hay en muchas calzadas. El presentador de Tele 5 Juan Ramón Lucas reivindicó el uso del término motero sin un carácter peyorativo: 'Motero no es lo mismo que gamberro', advirtió.

Los participantes en la manifestación criticaron al alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, que firmó el pasado jueves un manifiesto contra los actuales quitamiedos mientras el propio Ayuntamiento los utiliza en obras como las de la Gran Vía, a lo largo de más de 200 metros.