Entonces, ¿quién ha ganado?
Las investigaciones del fiscal Bocciolini pueden afectar a 30 corredores
¿Sabes por qué Coppolillo no se retira pese a que le duela todo el cuerpo y ande cojo por dos caídas?, se preguntaba estos días por el Giro. No, por qué. Porque cree que todavía puede ganar la carrera. Y no porque se caigan todos los demás.
(Coppolillo, de nombre Michele, veterano corredor del modesto Panaria, ha sido medio Giro maglia nera, último clasificado, y ha terminado la carrera en Milán a cerca de tres horas de Gilberto Simoni).
No, no era un chiste. Reflejaba sencillamente la triste realidad en que ha terminado envuelta una de las más hermosas carreras del mundo. Ayer, en el podio de Milán, tres felices corredores se proclamaraon triunfadores. Hoy, La Gazzetta dello Sport, el periódico organizador, publicará lá clasificación oficial final. Oficial final, sí. Peo, quizás, no la clasificación definitiva. En un despacho de Florencia, tres personas ajenas al mundo del ciclismo, el juez Guttadauro, el fiscal Bocciolini y el coronel del NAS (policía antinarcóticos) Stefanucci, no pierden tiempo trabajándose su propia clasificación paralela. Para establecerla no se basarán en los valores deportivos. Su material de trabajo son los resultados de la maxi redada que el miércoles pasado paralizó en la alegre ciudad de San Remo a 143 corredores y 20 equipos en 12 hoteles. Y un ayudante único: un arrepentido del pelotón, un ciclista que está señalando quién se dopa, cómo y con qué.
Dario Frigo perdió su segunda plaza y la humanidad ha podido saber que se jugaba la vida con una sustancia dopante llamada Hemassist
Según las primeras informaciones filtradas a la prensa italiana, al menos encontraron sustancias presuntamente dopantes en poder de 70 personas de la caravana del Giro, de las que unos 30 serían ciclistas.
La sustancia mayoritaria, y menos peligrosa, es la cafeína, cuyo uso está autorizado hasta una concentración de 12 microgramos por mililitro de orina.
Evidentemente, a nadie van a expulsar del Giro a posteriori, simplemente por llevar cafeína en la maleta. Pero cafeína no era precisamente lo que utilizaba Dario Frigo, el educado y sensible corredor del Fassa Bortolo, expulsado por su equipo cuando se supo que en el registro le encontraron sustancias prohibidas. Frigo perdió su segunda plaza y la humanidad ha podido saber que se jugaba la vida con una sustancia llamada Hemassist, una hemoglobina sintética que no superó la fase III de los ensayos antes de su comercialización en Estados Unidos debido a una alta mortalidad.
Esta sangre artificial, que aumenta la posibilidad de transportar oxígeno sin aumentar el hematocrito (la panacea buscada por los deportistas de resistencia en las especialidades en que se controla el nivel de hematocrito, índice de uso de EPO), no está comercializada, pero se puede conseguir en laboratorios piratas vía internet.
A otros corredores que no se han especificado, lo que se les ha encontrado es RSR 13, otro producto estadounidense que está en fase de ensayo con pacientes y de ahí su nombre de personaje de película de George Lucas. Se trata de un modificador de la hemoglobina con un uso potencial en pacientes de cáncer de cerebro sometidos a radioterapia: su valor estriba en que fuerza a la hemoglobina a liberar más oxígeno, con lo que alcanza los tejidos más remotos. La radiación es más eficaz si un tumor está bien oxigenado, al igual que el músculo del ciclista rinde más si le llega más oxígeno. Y como el Hemassist, tampoco aumenta el hematocrito.
Dado que ambas sustancias son indetectables, su sola posesión sí que podría considerarase dopaje sanguíneo, con lo que la posibilidad de que en el Giro pueda haber más bajas a posteriori sigue vigente. Y con ella las esperanzas de Coppolilo.
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