Una campaña desastrosa
En Dublín Central, la circunscripción del primer ministro de Irlanda, Bertie Ahren, el no logró el cuarto mejor resultado de todo el país. De los 42 distritos electorales en los que está dividido el país, 40 rechazaron la ratificación del Tratado de Niza. El diario Irish Times desmenuzaba ayer las posibles causas de la catástrofe, un calificativo certero si se tiene en cuenta que casi todo el arco parlamentario, empresarios, sindicatos y la cúpula católica apoyaban el sí. El analista del diario resalta sobre todo un hecho, además de la arrogancia y la mediocridad de los estrategas del sí: la pésima campaña de los partidarios de aprobar el Tratado.
En el distrito del primer ministro apenas hay propaganda a favor de la opción del Gobierno. De cada 10 carteles de propaganda que se ven en las calles de la ciudad, ocho pertenecen a los defensores del no. Además, los mensajes de éstos resultan claros y concisos, y están impresos sobre llamativos rojos o naranjas fluorescentes: 'Tienes algo que ganar, vota no' o 'Serás un perdedor: poder, economía, libertad'. Los del sí se encuentran camuflados entre tonos apagados y contienen textos confusos, como 'Los socialistas apoyan Niza'.
Durante la campaña se discutió de todo menos de Niza. El Gobierno fue muy poco generoso con la información sobre el tratado; evitó explicar su contenido, limitándose a vaguedades. Este comportamiento huraño en el debate incrementó la desconfianza del electorado. Poca gente sabe algo concreto sobre Niza. Dos de cada tres votantes declaraba, en los días previos a la consulta, encontrarse 'vagamente informado' del tratado y la mitad de estos no sabía nada de él. El Ejecutivo ha limitado sus esfuerzos de propaganda a los medios de comunicación, sin bajar a la calle. Lo contrario que la coalición de partidarios del no, que han realizado una campaña casa por casa, manejando conceptos comprensibles: menos poder y menos democracia; recorte de la independencia; desempleo; alza fiscal... Cuando el Gobierno y los grandes partidos quisieron reaccionar era tarde.
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