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La segunda oportunidad de Corretja

El español, derrotado por Moyà en 1998, confía ahora en batir al gran favorito, Kuerten

Àlex Corretja no va a cambiar sus hábitos para afrontar hoy (15.30, TVE-1), ante el brasileño Gustavo Kuerten, su segunda final del torneo de tenis de Roland Garros. Por supuesto, aspira a ganar. Pero, a sus 27 años, lleva ya algunas experiencias a sus espaldas y no quiere obsesionarse con las pequeñas cosas para evitar la presión. 'Haremos lo mismo que cada día', explica Javier Duarte, el entrenador que le ha dirigido prácticamente desde los 14 años; 'sabemos que el favorito es Kuerten por ser el número uno del mundo y el último campeón en París. Pero Àlex ha ido a más y tiene talento suficiente para derrotarle'. Técnicamente, la clave estará en evitar que Kuerten pueda sacar lo mejor de su juego. 'Es importante que se llegue con igualdad al final de todas las mangas para evitar que Guga vaya cogiendo confianza y comience a pegar palos', comenta Duarte; 'si hay igualdad, eso cuesta más'.

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Kuerten, de 24 años, ha ganado a Corretja en cuatro de sus seis enfrentamientos, precisamente los últimos. El referente inmediato se produjo este año en el torneo de Roma, en el que el español perdió por 6-2 y 6-4. 'Haber caído ante él hace tres semanas es un dato a tener en cuenta', analiza Duarte; 'Guga jugó allí muy bien. Pero vamos a intentar que aquello no se repita. Àlex está mucho mejor que entonces en todos los aspectos'.

Ha sido así como Corretja ha conseguido plantarse en la final parisiense. 'Para mí, Àlex es el número uno en condición física porque es disciplinado y trabajador y tiene una clara conciencia de la importancia de estar a punto físicamente', declara Petrit Fejzula, el preparador físico del catalán y jugador de balonmano del Barcelona en los años ochenta; 'está en un momento óptimo. Se recupera muy fácilmente tras los puntos y los partidos. Su resistencia natural es muy buena y estamos trabajando más para desarrollar su velocidad y su fuerza explosiva'.

Según Fejzula, Corretja es probablemente el jugador más preparado para afrontar un partido a cinco sets. 'Puede jugar cinco horas sin problemas', afirma; 'está acostumbrado a trabajar y casi no se cansa'. En este sentido, Fejzula dice que ahora está dando fruto todo el esfuerzo realizado por Corretja en la pretemporada en Barcelona y Sierra Nevada: 'Aquellas seis semanas fueron fundamentales. Dan fuelle para todo el año'.

Tal vez por eso no es necesario cambiar nada. Aunque no es supersticioso, a Corretja le gusta mantener los mismos hábitos durante todo el torneo, encontrarse con una rutina que acaba por darle seguridad. 'Cada día se levanta alrededor de las diez de la mañana para desayunar y ante la final seguiremos el mismo plan', cuenta Fejzula; 'un primer entrenamiento físico y estiramientos. Nos entrenaremos alrededor de las 12 y durante media hora. Y al terminar haremos otra sesión de estiramientos antes de comer unos espaguetis o algo ligero. Antes del partido realizaremos un calentamiento, basado en las técnicas del balonmano para que llegue a la pista con todo el cuerpo a punto'. Durante un partido Corretja consume una media de 750 centilitros de líquido por manga. O sea, en un partido a cuatro ingiere alrededor de tres litros de bebida isotónica. 'Algunas veces se come un plátano', advierte Fejzula, que informa de que durante un partido cualquier jugador puede perder unos dos kilos de peso; 'pero nosotros no llevamos el control de este aspecto'.

Física y mentalmente Corretja no debe tener problemas. 'No dudo de que va a salir con una mentalidad positiva y unas ansias de ganar tan fuertes o más que las de Kuerten. Lo que le pasó contra Carlos Moyà en la final de 1998, en la que perdió, no se repetirá. Se siente distinto y sabe lo que se está jugando', reflexiona Duarte. Y lo que está en juego es que Corretja, si gana, se coloque en la quinta posición de la clasificación por puntos (Race) del año y que sea séptimo en la de la regularidad [la que determina los cabezas de serie en los torneos]. Pero, aunque pierda, el ser finalista le dará tranquilidad para el resto del año: será el noveno del mundo y habrá regresado a la élite, el lugar que por su juego le corresponde.

Para Kuerten ganar la final supondría desbancar al estadounidense Andre Agassi del liderato de la clasificación por puntos y mantenerse como número uno en la de regularidad. 'Voy a estar muy preparado. Àlex está jugando a un buen nivel y sé que la final será muy disputada', afirma el brasileño. Tampoco él va a cambiar su rutina: 'Los primeros minutos del día, tras levantarse, son importantes porque vas descubriendo si te sientes bien o no. Y en la pista, igual; es necesario tener buenas sensaciones en los primeros compases'.

Cuando las cosas le funcionan, Kuerten se convierte en un maniático. No quiere cambiar nada de lo que hizo hace un año. Vive en un hotel-residencia cercano a Roland Garros. Desayuna allí y suele entrenarse en la misma pista. Por la noche va al mismo restaurante italiano y varía poco sus comidas. Pide siempre la misma mesa. Y cuando llega al hotel toca la guitarra en su habitación. También él está a punto para la final: 'Contra Juan Carlos Ferrero estuve muy cerca de mi mejor tenis y no veo por qué debe cambiar eso'.

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