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El PSC considera secundario el apoyo de ERC e IC-Verds a la moción de censura de Maragall

Montilla contrapone a Clos, Blair y Maragall con Mas, Fernández Díaz y William Hague

Enric Company

Las ideas muy originales provocan situaciones sin precedentes. Y eso es lo que está sucediendo después que Maragall anunciara con un año de antelación su moción de censura a Pujol. La ortodoxia parlamentaria establece que una moción de censura se presenta ante lo que se considera una situación límite de mal gobierno o la pérdida de apoyos parlamentarios suficientes para el Gobierno de turno. Y por lo tanto, no tiene espera. No se anuncia, se presenta. En un par de semanas se debate y ya está. Si prospera, hay nuevo Gobierno, y si no, no puede presentarse otra hasta el siguiente curso parlamentario.

La moción de censura a un año vista, que es la modalidad inaugurada por Maragall, ha roto este esquema y ha creado expectativas distintas. En particular, ha ofrecido campo abonado para especulaciones de todo tipo. Y se ha convertido en arma arrojadiza en el juego de declaraciones y contradeclaraciones de los dirigentes políticos.

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Pero será la primera vez que Maragall vivirá un debate parlamentario desde la posición de candidato a la presidencia de la Generalitat. Y eso es lo que a su juicio cuenta, por encima del riesgo de perder la votación.

El PSC sabe que la moción de Maragall no logrará que los votos del PP se sumen a los de la izquierda, que sería la única forma de que prosperara. Por lo tanto, explicó ayer Montilla en una conferencia de prensa celebrada tras la reunión de la comisión ejecutiva de su partido, al PSC no le preocupa particularmente si en la votación de esta moción Maragall 'recibe unos votos más o menos', porque sabe de antemano que no va a lograr la mayoría parlamentaria. La moción se presenta, especificó, 'para tener la ocasión de mostrar que existe una manera diferente de gobernar Cataluña'.

Con estas explicaciones respondía a preguntas de los periodistas a propósito de especulaciones surgidas en los últimos días sobre la eventualidad de que el PSC apoyara unas hipotéticas mociones de censura de los grupos parlamentarios de ERC e Iniciativa-Verds, a cambio de que los diputados de estos dos grupos apoyaran la de Maragall.

Montilla afirmó rotundamente que el PSC no considera esa eventualidad ni la ha considerado nunca. 'No es lo que nos preocupa', dijo, 'ni estamos en eso'. A preguntas de los periodistas, aseguró que no ha habido conversaciones sobre este asunto con los líderes de ERC ni de IC-V, 'ni forman parte de la agenda inmediata'.

Sin embargo, desde hace meses forma parte de las previsiones de Maragall llegar más adelante a algún tipo de concertación con ERC e IC-V sobre la moción de censura, pero no antes del verano. Su intención es presentar la moción de censura tras el debate de política general que se celebrará a finales de septiembre o principios de octubre y concertar lo que haya que concertar un par de meses antes, más o menos.

Que el PSC no se hace ilusiones sobre la posibilidad de derribar al Gobierno de Pujol mediante la moción de censura lo indica que el propio Montilla se mostrara ayer convencido de que la legislatura durará los cuatro años que le toca, hasta 2003. 'Aunque eso es malo para Cataluña', afirmó, porque supone alargar este periodo de 'provisionalidad' continua en que se ha instalado el Gobierno de la Generalitat.

Montilla no escapó a la tentación de subirse a la ola de la holgada victoria electoral de los laboristas en el Reino Unido y de la alocución realizada el miércoles por el alcalde de Barcelona, Joan Clos, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. Los socialistas catalanes tienen, dijo, 'la tripleta Clos, Tony Blair, Pasqual Maragall, frente a la formada por Artur Mas, Alberto Fernández Díaz y William Hague'.

'Clos es un alcalde que habla del país, de los problemas de las ciudades y de las gentes, y eso es también hacer país, es lo que haremos los socialistas cuando gobernemos en la Generalitat', afirmó.

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